La heroica acción de un alguacil que llevó al Ayuntamiento de Xàtiva a ser dueño de una imagen religiosa

La cofradía de la Camilla reivindica su legado en un libro que compila sus 75 años de historia

"La Camilla" procesiona por las calles de Xàtiva

Perales Iborra

Salvador Catalá

Xàtiva

La presentación del libro que narra la historia de los 75 años de la fundación de la cofradía del Traslado del Cuerpo de Cristo en Xàtiva, popularmente conocida como la Camilla, viene a enriquecer la historia de la Semana Santa, declarada ya como fiesta de interés turístico provincial, y cuya procesión del Viernes del Santo, constituye junto a la Procesión General y el Encuentro, tres de los referentes principales que pueden atraer visitantes, para disfrute popular de una manifestación de la cultura que va más allá del culto religioso.

El Ayuntamiento de Xàtiva ha celebrado el 75 aniversario de la imagen de la que es titular desde 1950, publicando su historia, sin olvidar el contexto donde surgió, y para ello acompaña el libro, de una reedición del clásico de la Semana Santa en Játiva, escrito en 1952 por Carlos Sarthou, y financiado por el empresario Gregorio Molina, que ahora se amplia con la acción combinada de varios historiadores que, coordinados por el emérito archivero municipal, Isaïes Blesa, vienen a profundizar en la historia del Cristo Yacente.

El profesor y medievalista Jaume Piqueras evoca el nacimiento de las cofradías, su evolución y transformación en gremios, donde la religiosidad entendida como mutualismo de ayuda entre los artesanos de un mismo oficio se mezcla con las luchas de poder por la influencia en el gobierno de la ciudad, en detrimento de las oligarquías urbanas.  

Por su parte, el técnico del Archivo Municipal, Sergio Rubio, explica como una institución pública se convirtió en propietaria de una imagen religiosa. Fue consecuencia de la acción de un alguacil municipal, que allá por mediados del siglo XVIII, evitó que una imagen de un Cristo Yacente fuera pasto de las llamas en un incendio declarado en el palacio de Alarcón, cuyo dueño, en agradecimiento por la heroicidad, decidió regalar la imagen de su propiedad a la Casa de la Ciudad.

Mucho tiempo después, tras la obtención de una nueva réplica del Cristo, al ser la original destruida durante la Guerra Civil, fue en 1950, cuando el alcalde de Xàtiva, Antonio Daudén, decidió ligar su destino al consistorio setabense, promulgando las ordenanzas de la Cofradía del Traslado del Cuerpo de Cristo al Sepulcro, donde los cargos directivos de la Cofradía, tendrían que estar exclusivamente formados por funcionarios de la administración local.

Aquella obligatoriedad se acabó a mediados de la década de 1990. La imagen ha continuado siendo de propiedad municipal, pero permanece resguardada en la parroquia de los Santos Juanes y solo vuelve a “dormir” en dependencias municipales durante los días de Semana Santa.

El libro se complementa con el estudio iconográfico realizado por el arquitecto y doctor en historia del Arte, Pablo Camarasa, que contextualiza la imagen del Cristo Yacente como otro instrumento para revitalizar y divulgar la fe en tiempos de la Contrarreforma, las compara con otros ejemplos valencianos, y explica la simbología de la Urna acristalada que lo protege.

Música y restauración

El volumen también incluye un capítulo en el que el exdirector del Cor de la Generalitat Valenciana, Francisco Perales, narra sus experiencias en la dirección de la música que acompaña a la imagen durante las procesiones. Si bien nunca llegó a tener motete propio, el autor homenajea a todos los directores que hicieron sonar marchas fúnebres durante su acompañamiento: tanto la Vella como la Nova pueden presumir de haber hecho sonar composiciones creadas respectivamente por Attilio Bruschetti y Eduardo Sanchis Morell.

Por último, el restaurador en escultura, Mariano Spiteri Sánchez, narra todo el proceso de rehabilitación de la imagen del Cristo Yacente.

Tracking Pixel Contents