"El mayor orgullo para mi padre fue conseguir el puente entre Millares y Dos Aguas"

El difunto alcalde de Millares José Sáez luchó durante años para evitar el aislamiento de su pueblo y emprendió numerosas obras clave cuyo legado aún perdura

José Sáez Sáez.

José Sáez Sáez. / Levante-EMV

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

José Sáez Sáez falleció el último día de enero en Millares a los 86 años de edad, pero ha dejado un legado en su pueblo que perdurará para siempre.

Fue uno de esos alcaldes de localidades pequeñas cuyas obras adquieren una relevancia histórica con el paso del tiempo. Una trayectoria que desde su población natal han querido reivindicar.

Cuando asumió la vara de mando como cabeza de lista del PSPV-PSOE, en 1983, Millares era un municipio próspero que bordeaba los 800 habitantes, en buena medida gracias a la actividad industrial que albergaba. Pero la comunicación con el exterior constituía el principal problema para el pueblo, muy alejado de los grandes núcleos habitados y en una situación orográfica que siempre ha supuesto una desventaja para su desarrollo.

En este contexto, José Sáez, conocido por el apodo de "Pepe la Salvadora" fue el principal responsable de que se materializara un proyecto clave para Millares: el puente sobre el río Júcar entre Millares y Dos Aguas. "Le costó muchos disgustos, mucho sacrificio, mucho trabajo y mucho tesón. Fue hasta Madrid a reclamarlo porque era fundamental para mantener las fábricas y mejorar su comunicación, por el empleo de los millarencos", cuenta una de las cuatro hijas de José, Ana. "El puente fue la obra de la que más orgulloso se sentía: su gran empeño fue conseguirlo por las fábricas y para que Millares siguiera siendo un pueblo industrial, próspero y con trabajo", subraya.

Para conseguir que esta actuación se hiciera realidad, Sáez tuvo que llamar "a muchas puertas", tanto en la diputación, como en la Generalitat y el Gobierno central. "Le dio muchos quebraderos de cabeza, por eso creo que se le debe este recordatorio en su memoria", apunta Ana Sáez, todavía invadida por la pena y el desconsuelo de la pérdida de "un gran hombre" que era "el referente y motor de toda su familia".

"Pepe la Salvadora" mantenía una relación afectuosa con los hermanos Sáez Merino, dueños de la fábrica de Lois en la localidad. "Le decían siempre que no cerrarían mientras estuviese él de alcalde y así fue. En cuanto dejó de serlo, la fábrica de Lois se cerró". Corría el año 1992, el textil estaba en crisis y Millares todavía tenía empadronados a 747 vecinos cuando José Sáez dejó el cargo después de haber salido elegido tres veces en las urnas.

A partir del año siguiente de su marcha, el padrón de habitantes comenzó a desinflarse de manera paulatina hasta reflejar la pérdida de más de la mitad de habitantes del pueblo: en 2024 había 329 residentes censados en Millares, según el último dato oficial facilitado por el INE.

Puente sobre el río Júcar entre Millares y Dos Aguas.

Puente sobre el río Júcar entre Millares y Dos Aguas. / https://megaconstrucciones.net/

"Se desvivía por su pueblo"

"Mi padre era una persona muy querida que hizo muchas cosas por el pueblo. Fue un hombre adelantado a su tiempo y un alcalde que se desvivía por su pueblo", relata Ana. Además de lograr el puente, arregló las calles de la localidad, promovió la construcción de la piscina municipal y del frontón y bajo su mandato se revitalizó la plaza del Hinchidor, epicentro del pueblo donde se organizan actos como las verbenas y los mercadillos.

Con Sáez como alcalde, el ayuntamiento también compró a la iglesia el local del teleclub para acoger diversos actos y actividades para el pueblo, a tiempo que creó el bar de los jubilados, mejoró el colegio y compró terrenos para ampliar el cementerio. Por otra parte, en esa misma etapa el consistorio de Millares acondicionó el paseo del Nacimiento, donde se hizo un merendero y, más arriba, un dique para prevenir posibles riadas.

"Mi padre modernizó el pueblo, conservó la industria y dio muchos puestos de trabajo con las brigadas para que no le faltara empleo a nadie, fuese del signo que fuese. También ayudó a otros vecinos a formar sus empresas", señala su hija, que recuerda también cuando se organizaba en el pueblo un maratón patrocinado por Transportes el Minuto que atraía a corredores de todos los rincones de la provincia de Valencia.

"Millares se dio a conocer. Mi padre tenía muchos planes para el pueblo, luchó mucho, a veces con muchos disgustos, pero era muy trabajador y un millarenco nato", incide Ana. "Sentimos mucho orgullo de su paso por la alcaldía por sus grandes logros, porque su huella sigue estando. Se ha ido orgulloso de la prosperidad que le dio a su pueblo y a su familia", apostilla la hija de Pepe la Salvadora, que en lo personal define a su padre como una persona culta que sentía una auténtica devoción por la lectura. "Siempre tenía un libro en la mano. No tuvo los recursos y se hizo a sí mismo", resalta. "Para toda la familia ha sido nuestro gran pilar y nuestra guía", zanja.

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