El coche pierde terreno en el centro histórico de Xàtiva: "Aquí el tráfico es un peligro"

El cierre parcial de la calle Montcada reduce la circulación de vehículos que atraviesan el casco antiguo entre la división de opiniones del vecindario

Se trata de la primera medida de pacificación dentro de la estrategia impulsada por el consistorio

Bolardos para la peatonalización de la calle Montcada de Xàtiva

Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

El casco antiguo de Xàtiva es un paciente de avanzada edad repleto de achaques que requiere de un carrusel de operaciones para mantenerse con vida. En el marco de su nueva estrategia de pacificación del tráfico, el ayuntamiento ha practicado este lunes una primera cirugía en el tramo de la calle Montcada entre la plaça de la Trinitat y la calle Portal del Lleó, con la que se busca reducir el flujo de coches que atraviesan el centro histórico para ir de una punta a otra de la ciudad y brindar una mayor seguridad al peatón.

De momento, los operarios municipales completaron ayer por la mañana -ante la atenta y sorpresiva mirada de los viandantes- la instalación de dos bolardos móviles a la entrada de la vía por la plaça de la Trinitat que obligan a los vehículos procedentes de Sant Pere a desviarse por la calle Santa Anna hasta la Albereda. El objetivo pasa por romper el hábito que tienen muchos conductores de utilizar el centro histórico como un atajo para recorrer Xàtiva: de hecho, se estima que un 80% del tráfico que circula por el eje Sant Pere-Corretgeria persigue esta función.

En la primera jornada de la intervención piloto, que se ha desarrollado sin incidentes más allá del desconcierto de algunos conductores poco informados, ya se ha percibido una disminución de ese tránsito de vehículos. Claro que, como siempre pasa con este tipo de medidas, entre los vecinos hay una gran disparidad de opiniones, tal como ha podido comprobar este diario.

"A los comercios no nos perjudica y a mí me parece adecuado para que la gente pueda pasear tranquila", sostiene Eva, que regenta una tienda de manualidades, papelería y arte, uno de los dos únicos negocios que subsisten en el tramo de la calle Montcada que se ha cerrado al tráfico. "Aquí delante tenemos accidentes constantemente. En el casco antiguo hay mucha gente mayor que tiene problemas para caminar por las calles porque los coches pasan a todo trapo y las aceras son reducidas. Las principales ciudades de España y de Europa solo permiten circular a los residentes, ¿por qué aquí no?", expone la comerciante.

El propietario del establecimiento contiguo, la Copistería César, muestra más reservas con la medida y, aunque no le parece mal, echa en falta más información del ayuntamiento y opina que debería darse "más facilidades a la gente" para poder aparcar y acercarse a los comercios del casco antiguo a pie. "Nos hemos enterado del cierre de la calle al tráfico por las redes sociales", afirma el dueño del negocio.

Entre los viandantes que este lunes caminaban por la zona de la calle Montcada ya liberada de coches hay comentarios de todo tipo. Nieves, una vecina de avanzada edad, recordaba que en 2016 el consistorio ya instaló un bolardo para prohibir el paso de coches por la colindante calle Àngel que tuvo que retirar ante las quejas de algunos comercios y vecinos. David retrocedía más en el tiempo para evocar el sistema de lectura de matrículas que se implantó en tiempos de Alfonso Rus y que también quedó en desuso. "El problema es que hacen y deshacen en función de quien gobierna", apuntaba.

Para Antonio Escudero, que vive en una finca junto a los nuevos bolardos, la actuación es beneficiosa para los residentes de la calle como él porque "los coches aquí son un peligro", pero considera que "perjudica al conjunto de la ciudadanía" porque, a su juicio, puede contribuir a devaluar la zona. En cambio, Quique lamenta que en Xàtiva "todo el mundo se queja" cuando las medidas de pacificación del tráfico y peatonalización están plenamente instaladas en otras ciudades con cascos antiguos de relevancia. "Esto es bueno para todos, para los vecinos y para el turismo, da más vida a la ciudad", indica. Desde sectores preocupados por el patrimonio local se advierte, por otra parte, del "riesgo de convertir la valiosa fuente gótica de la plaça de la Trinitat en una rotonda de tráfico con el acceso a los juzgados".

Desde el área de Movilidad indican que la estrategia desplegada se inspira en la pacificación del tráfico en Barcelona e insisten en que se está "recuperando espacio público para el reencuentro de la gente y la revitalización del núcleo antiguo". "El comercio siempre ha ganado con este tipo de medidas", defienden.

Reeducación

La reeducación de los conductores es una de las intenciones de la actuación desplegada por el consistorio, que se replicará en breve en el barrio del Raval, con el cierre del tráfico desde Font de Sant Joan hasta la plaza de Sant Joan. La idea es ampliar la pacificación del tráfico a todo el núcleo histórico. El siguiente paso -se estima que en unos cinco meses- será la instalación de cámaras de lectura de matrículas en puntos sensibles como Corretgeria o Matilde Ridocci para hacer del casco antiguo un área de prioridad residencial restringida a los vecinos. Desde la corporación se pretende llevar a cabo estas medidas de manera escalonada, para que vayan calando entre la población y que no sean demasiado repentinas.

Por otra parte, desde el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural se criticó este lunes que los dos nuevos paneles que informan de la restricción del tráfico en la calle Montcada se hayan instalado atornillados a la fachada del antiguo monasterio de Santa Clara, declarado Bien de Interés Cultural. El área de Movilidad mantiene que lo que se ha hecho es sustituir las señales que ya había con anterioridad "de la manera más respetuosa posible".

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