La llamada desesperada de los pueblos sin policía ante el repunte de robos: "Mucha gente es mayor y hay miedo"

Los alcaldes de pequeños municipios de la Vall d'Albaida piden al Gobierno poder instalar cámaras de seguridad o crear nuevos servicios de seguridad, dos opciones que la Mancomunitat intenta materializar pese a que a priori no tienen encaje legal

Una gente de la Guardia Civil conduce a un detenido a los calabazos de Benigànim.

Una gente de la Guardia Civil conduce a un detenido a los calabazos de Benigànim. / G.C.

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

Una mujer mayor que se encuentra de bruces con un caco cuando descansa tranquilamente en su habitación. Una modesta banda de música a la que le desaparecen varios instrumentos de valor de su sede. Un robo de cableado que le cuesta 10.000 euros a un ayuntamiento. Un asalto que deja cuantiosos daños económicos en una vivienda. Todos estos episodios se han vivido recientemente en diversos pequeños municipios de la Vall d'Albaida, una comarca con una elevada dispersión geográfica en la que 19 de sus 34 pueblos no disponen de policía local por su reducido tamaño. Otros solo cuentan con un agente.

La última oleada de robos que ha sacudido a localidades como Pinet, Castelló de Rugat, Ràfol de Salem, Montitxelvo o Terrateig ha vuelto a poner el foco en los problemas derivados de las carencias en materia de de seguridad en la comarca.

Aunque la normativa no lo contempla -dado que la competencia en los municipios sin policía es autonómica- desde la Mancomunitat de la Vall d'Albaida están estudiando posibles fórmulas para impulsar una especie de cuerpo de policía local que agrupe a varias localidades. La entidad admite que la propuesta es difícil de materializar, pero fue trasladada formalmente en febrero al subdelegado del Gobierno, José Rodríguez, en una reunión en la que ya se evidenció la preocupación de los representantes municipales.

Los pequeños ayuntamientos también piden que se les autorice a instalar cámaras de videovigilancia en puntos estratégicos a modo de elementos disuasorios. La normativa condiciona la puesta en marcha de estos dispositivos a la existencia de cuerpos de Policía Local que deben conservar las grabaciones, con tal de garantizar la intimidad y la protección de datos.

El presidente de la Mancomunitat, Ismael Sanvíctor, indica que también tiene previsto abordar la problemática con la conselleria "para ver si podemos avanzar en ese tema". 

El alcalde de Pinet, Gonzalo Catalá, hace un llamamiento "desesperado" a la Delegación del Gobierno para que se permita a los pueblos pequeños sin recursos económicos "mancomunar policías locales o agentes rurales" y colocar cámaras a las entradas de los términos. "No queremos tener acceso a las imágenes, pedimos que las custodie la Guardia Civil y no las podríamos mirar sin autorización de un juez", sostiene Catalá. 

En Pinet, un pueblo de 150 habitantes, una vecina mayor se llevó un sobresalto el martes pasado cuando se encontraba tranquilamente en su habitación y de pronto se vio deslumbrada por la luz de un teléfono móvil. Un intruso había entrado en la vivienda creyendo que en ella no había nadie y con el ánimo de llevarse objetos de valor. Al verse descubierto, emprendió una huida a través del corral del inmueble, por donde había entrado al mismo. Eran las 21.30 horas.

Los propietarios de la vivienda dieron la alarma entre el vecindario y diversos residentes se organizaron en coches para salir en búsqueda de los ladrones. Pero ya era tarde y no lograron encontrarlos, en medio de la noche. Según explican fuentes municipales, los cacos también intentaron robar en otras cuatro casas del núcleo urbano de Pinet. En una de ellas consiguieron hacerse con 300 euros. Personas que residen fuera y que vuelven al pueblo el fin de semana se encontraron con sus domicilios revueltos. 

"Tenemos mucha gente de edad avanzada y hay mucho miedo a que les entren a robar, les causen algún daño y tengamos una desgracia", advierte el alcalde de Pinet. 

En Terrateig, el 15 de marzo hubo diversos asaltos a casetas rodeadas de bancales a las afueras de la localidad. Sin embargo, la semana pasada se produjo un intento de robo nocturno dentro del núcleo urbano de este pueblo de menos de 300 habitantes que hizo saltar las alarmas. Los intrusos, cuya identidad se desconoce, forzaron la entrada de una casa con sus moradores dentro, al creer que no había nadie en su interior. Sin embargo, alertados por el ruido, los propietarios acudieron sobresaltados y los cacos salieron huyendo al verse sorprendidos, consiguiendo escapar. 

"Tenemos mucha persona mayor que vive sola. Entiendo que la Guardia Civil está saturada y no da abasto porque son muchos pueblos, pero necesitamos más medidas de seguridad", señala la alcaldesa de Terrateig, Silvia Ferrer. Ante el temor a nuevos episodios, los vecinos de esta población de la Vall d'Albaida se están coordinando a través de un grupo de WhatsApp para avisarse entre ellos cada vez que alguien ve un coche sospechoso o alguna persona de fuera con comportamientos poco claros. 

Para el alcalde del Palomar, Jordi Vila, la creación de un nuevo cuerpo supramunicipal de policía local resultaría inviable tanto por cuestiones legales como por los bajos recursos de los que disponen los ayuntamientos y los problemas que ya tienen las corporaciones que sí disponen de este servicio para cubrir sus escasas plazas. Vila pone el foco en la falta de agentes de la Guardia Civil destinados a la comarca y sí que defiende la instalación de cámaras para mantener a raya a los intrusos que vienen de otras zonas expresamente a apoderarse de lo ajeno, aprovechando la falta de vigilancia.

Alfarrasí y Montaverner quieren agrupar policías

Este es el caso de un episodio de robo de cable de cobre del alumbrado municipal que se vivió en Alfarrasí recientemente. Un repartidor muy madrugador pilló in fraganti a un caco que estaba sustrayéndolo delante de una nave del polígono. Este captó la matrícula y la Guardia Civil pudo identificar al autor de los hechos, que procedía de Elx. "Nos costó 3.000 euros al ayuntamiento reponer el cable", expone el alcalde, Ismael Sanvíctor.

Alfarrasí, de hecho, quiere firmar un convenio con la vecina localidad de Montaverner para agrupar sus policías y poder disponer de al menos tres policías para los dos pueblos. "En Alfarrasí tenemos un policía local muy eficiente, pero no puede estar siempre y estamos esperando que la Delegación de Gobierno conteste a la solicitud para ampliar otro puesto", apunta el alcalde. "Con tres policías por lo menos podríamos ordenar turnos y ampliar el servicio disuasorio", remacha Sanvíctor. 

Este paso contrasta con lo que ha sucedido en la Safor, donde Simat y Benifairó de la Valldigna acaba de poner fin al pionero acuerdo que alcanzaron para reforzar sus servicios de Policía Local agrupando recursos. Tras casi cuatro años, el servicio se ha topado con numerosos escollos y no ha tenido los efectos deseados.

Por su parte, Bufali acaba de instalar cámaras de videovigilancia en su cementerio municipal tras el traumático episodio de profanación de tumbas que tuvo lugar en 2022.

Tracking Pixel Contents