La pesadilla de las viviendas sociales de Quesa: "Dormimos en el salón por miedo a que nos caiga el techo"

Las familias vulnerables que residen en los inmuebles de la Ehva denuncian filtraciones de aguas fecales, desprendimientos en los techos, moho y humedades que convierten los inmuebles en prácticamente inhabitables desde que entraron a vivir

Viviendas sociales con filtraciones de aguas fecales en Quesa

Levante-EMV

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

La lista de espera para acceder a una vivienda social en la Comunitat Valenciana es tan abultada que, en teoría, disfrutar de estos recursos para personas en riesgo de exclusión social debería ser motivo de alegría. Pero a veces el sueño se convierte en pesadilla. Las familias que habitan en los seis inmuebles adquiridos y gestionados por la entidad pública de vivienda de la Generalitat (la Ehva) en la localidad de Quesa están atravesando un auténtico calvario por las condiciones deplorables en las que se encuentran las viviendas que tienen asignadas.

Filtraciones de aguas fecales, falsos techos que se desprenden, moho y humedades que impregnan las paredes, tuberías embozadas... Esta es la realidad con la que conviven desde hace meses los inquilinos procedentes de otros puntos de la geografía valenciana, la mayoría de ellos con hijos menores a su cargo.

Techos caídos, filtraciones y moho en las viviendas sociales de Quesa.

Techos caídos, filtraciones y moho en las viviendas sociales de Quesa. / Levante-EMv

"A mi hijo de 14 años le cayó un trozo de escayola del techo en la espalda y lo tuvimos que llevar a urgencias. Con las lluvias se han agravado los problemas. Estamos durmiendo en el comedor porque no nos fiamos. Vivimos con miedo", señala José, uno de los vecinos afectados. "Hemos llamado para que lo arreglen, hemos enviado correos y hemos ido a València a quejarnos, pero estamos ya siete meses esperando y cada vez la situación va a peor. También hemos pedido el traslado a otra vivienda, pero no nos hacen caso. No podemos vivir con los niños aquí", sostiene.

A Sandra, otra de las inquilinas, también se le ha desprendido una parte del techo del cuarto de baño. Ella fue la primera en llegar a las viviendas sociales de Quesa, hace dos años, junto a una bebé de un año y un niño dependiente de 6 años, con TDAH. A los tres meses solicitó un cambio de residencia, en cuanto aparecieron las primeras filtraciones. "Nos dieron la vivienda porque, si no, nos quedábamos en la calle, pero no está en condiciones. Es muy complicado estar aquí", mantiene, mostrando las habitaciones llenas de moho, las paredes que se caen y las grietas.

"No puedo dormir con mis hijos en las habitaciones, dormimos en el comedor porque es el único sitio que no está tan mal. Cuando llueve entra agua por todos los lados y tengo miedo de lo que pueda pasar", apunta Sandra, cuyo marido está en prisión. "En la EHVA no nos dan soluciones. Llamo y pido cita, pero no me hacen caso. Y con el Ingreso Mínimo Vital no me da para alquilar otra vivienda".

Suelo encharcado de una de las habitaciones.

Suelo encharcado de una de las habitaciones. / Levante-eMV

Además, la madre viene de una población mucho más grande y en Quesa -una localidad de la Canal de Navarrés con menos de 700 habitantes- asegura que a su hijo le está mucho costando adaptarse. "Está peor, desde que está aquí es otro. No quiere ir al colegio, tiene brotes agresivos y no tiene amigos. Es insostenible", indica Sandra. José apunta un problema similar con sus hijos. "Mi hija tiene problemas de corazón y en el pueblo solo hay pediatra una vez a la semana. Cada seis meses la tenemos que llevar a València a que la miren".

"Está todo lleno de heces"

Leidy es otra de las vecinas afectadas que describe como "horrible" la situación en su vivienda, con filtraciones constantes que lo "llenan todo de heces". Ella es víctima de violencia de género y tiene dos hijas menores de edad, una de 15 años que vive en otra localidad y otra más pequeña que está con ella. "El olor es insoportable, como a cañería. El colchón se nos mojó y tuvimos que retirarlo", indica. "Me obligan a quedarme aquí para no quitarme la ayuda, pero no nos podemos seguir viviendo así", lamenta.

Desde la Ehva, por su parte, mantienen que no tienen constancia formal de ninguna reclamación por el mal estado de las viviendas sociales de Quesa a través de los cauces oficiales de la entidad pública dependiente de la Generalitat, que pone a disposición de los inquilinos un formulario para este tipo de casos en su página web. Fuentes del organismo aseguran que, tan pronto como se les notifique a través de esta vía la necesidad de que se ejecuten reparaciones urgentes, enviarán a los técnicos para que valoren los desperfectos.

Moho y humedades en las paredes.

Moho y humedades en las paredes. / Levante-EMV

Los vecinos, en cambio, aseguran que han trasladado los daños por diversas vías y denuncian que solo se están encontrando el silencio por respuesta, por lo que han decidido hacer públicas sus quejas.

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