Así nació la Semana Santa Setabense: una de las más antiguas de la Corona de Aragón

Una investigación arroja nuevos datos sobre los orígenes de celebración, que tiene la particularidad de fusionar cultos del medievo procedentes del Reino de Valencia y Castilla

Traslado de la imagen de clavarios del Santísimo Cristo de la Flagelación, en Xàtiva.

Traslado de la imagen de clavarios del Santísimo Cristo de la Flagelación, en Xàtiva. / Perales Iborra

Salvador Catalá

Xàtiva

La reciente distinción de la Semana Santa Setabense como Fiesta de Interés Turístico Autonómico de la Comunitat Valenciana, se debe a los esfuerzos de la Hermandad de Cofradías, y a su presidente Julio Bellver Blasco, que durante meses han trabajado arduamente en la presentación de toda una abundante documentación, con el objeto de obtener tal reconocimiento, del que se ha publicado una investigación con el patrocinio del Ayuntamiento de Xàtiva, titulada "La Semana Santa de Xàtiva. Orígenes y evolución desde los siglos XVI hasta el XXI".

Toda una investigación que viene a completar y actualizar los datos de la historia de la Semana Santa Setabense, publicada por Carlos Sarthou en 1952, y que ha sido también recientemente reeditada por el Ayuntamiento de Xàtiva, aprovechando la conmemoración de los 75 años de la fundación de la cofradía del Traslado del Cuerpo de Cristo, popularmente conocida como la Camilla.

De esta forma, ha querido también celebrar su onomástica la Hermandad de Cofradías, nacida en 1949, para hacer partícipes a todas las diferentes Congregaciones, de la preparación de los actos de Semana Santa, con el objeto no sólo de fomentar la fe cristiana llevando las imágenes por las calles de Xàtiva, sino como forma de promover iniciativas para ayudar a los más desfavorecidos siguiendo los principios de la caridad cristiana.

Quiere la Hermandad así seguir aquella tradición iniciada en el siglo XVI, por la Cofradía de la Sangre, que recibió de la Iglesia, el encargó de acercar a Cristo a la sociedad medieval. Julio Bellver acomete así la ardua labor de documentar la historia de la Semana Santa Setabense como una de las más antiguas que se organizaban en la Corona de Aragón, y que tiene grandes particularidades como la de aunar la tradición de la cofradía de la Purísima Sangre propia del Reino de Valencia, con la de la Vera Cruz, más propia de Castilla.

Las dos convergen en Xàtiva, la de la Sangre, documentada por testamento de Joan Sanç, en 1562, y la de la Vera Cruz, instituida en la ciudad por un privilegio concedido por la reina Leonor de Castilla en 1333, esposa de Alfonso IV de Aragón. Con la mezcla de ambas tradiciones, Julio Bellver desgrana todo un recorrido por la Semana Santa Setabense desde el siglo XVI hasta el XXI, situando sus orígenes como una confluencia de tres cultos propios del medievo como fueron el de la Vera Cruz, referente de la Muerte de Cristo, el de la Sangre , como expresión de su Pasión, y el movimiento de los disciplinantes, que defienden la autoflagelación, como símbolo de la Penitencia.

Analiza el autor cómo pudieron unirse aquellas tradiciones, para añadir otra particularidad de la Semana Santa Setabense, que la hace diferente al resto de las de la Corona de Aragón, al asociar las cofradías de la Sangre a la de Nuestra Señora de la Soledad, a partir del año de 1588, y así con la inclusión de la Virgen María, se tuvieron todos los elementos cristianos, que permitieron situar el origen de la Semana Santa, tal y como la conocemos.

Con todos ellos, convenientemente analizados, Bellver estudia la evolución de la Semana Santa Setabense desde el siglo XVI hasta nuestros días. Ordenanzas, clavarios, imágenes, procesiones, tradiciones del Miércoles, Jueves y Viernes Santo, las aportaciones de los conventos a la historia de las cofradías, y la fundación de otras nuevas, como la de Jesús Nazareno en 1650.

Analiza las grandes efemérides históricas que influyeron en el devenir de la historia de la Semana Santa como fueron la Guerra de Sucesión, los procesos de desamortización y exclaustración conventual, hasta llegar a la Guerra Civil, que destruyó buena parte de los archivos de las cofradías, así como sus pertenencias. Tras la quema de Xàtiva, resurgió ésta de sus cenizas, con la creación de nuevas congregaciones como el Ecce-Homo, la Virgen de los Dolores, el Cristo de la Flagelación o de la Oración en el Huerto.

 Las desamortizaciones en el siglo XIX acabaron con la cobertura ofrecida por las órdenes religiosas del clero secular a la festividad religiosa, lo que no impidió el nacimiento de otras nuevas, como la Última Cena, y como sufre la misma ya en el siglo XX, la otra gran embestida a su historia, a cargo del odio anticlerical desatado por la Guerra Civil española, que llevó a la reorganización de toda la Semana Santa, y a la recomposición de imágenes y cofradías.

Con este objeto de coordinar esfuerzos, se constituyó en 1949, la Hermandad de Cofradías de la Semana Santa, con el objetivo de dar el mayor esplendor posible a tan histórica tradición religiosa. Repasa el autor a sus integrantes, objetivos, y creación de nuevas cofradías como la de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la del Cristo de la Buena Muerte y Virgen de la esperanza, o la cofradía del Santísimo Cristo del Carmen, la refundación de la Santa Cena, o la creación del Santísimo Cristo de la Expiración, hasta llegar al presente del siglo XXI, repasando las actuaciones de la actual Hermandad de cofradías, que ha conseguido con su trabajo, obtener la distinción de Fiesta de Interés Turístico Autonómico, aunque en honor a la riqueza y particularidades de su historia, pueda aspirar la Semana Santa Setabense, a mucho más.   

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