OPINIÓN

El CRAC y la hipérbole

"La colosal exposición de Artur Heras, que apura sus últimos días en Xàtiva, alerta del peligro que se cierne cuando la política tiene más de rigidez que de torsión. Más de estética y de brazo que de abrazo"

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

En el patio del museo de l’Almodí, una enorme y deformada mano alzada sorprende al visitante que persigue la obra de Artur Heras por las calles de Xàtiva. El diseño, integrado dentro de la colosal exposición «Halt! Imatges que pensen», retrotrae a un momento terrorífico de la historia, pero también es una llamada a la acción, a romper el silencio y a recuperar la dignidad perdida.

Se titula «Indesinenter», que significa «sin cesar» o «sin detenerse», una locución latina que también da nombre a un poema de Salvador Espriu musicado por Raimon con el que comparte mensaje.

Una operaria del museo asegura que muchos se acercan a hacerse un selfi con la pieza artística. En su muestra, Heras también reflexiona sobre la sociedad del espectáculo, en un tiempo en el que las relaciones sociales son sustituidas por sus representaciones.

En la política triunfa la hipérbole permanente. La realidad se escurre entre los dedos, solo importa el simulacro, el mensaje facilón en redes sociales. Por eso no asombra la arremetida de la oposición contra el Centre Raimon d’Activitats Culturals (CRAC) cuando el proyecto ya está rematado y a punto de licitarse después de varios años gestándose, con buena parte de la financiación comprometida.

La ambiciosa propuesta, concebida para perdurar en el tiempo, no solo está a la altura del gesto de Raimon al legar todo su patrimonio a Xàtiva, sino que revitalizará el largamente maltratado convento de Santa Clara y ayudará a posicionar a la ciudad como capital artística y cultural. Lo normal sería que despertara un amplio consenso. Pero hay quien dice que solo es un capricho, que es más prioritario llevar el agua a una urbanización o acabar con los «okupas», como si una cosa y otra fueran incompatibles. La oposición acierta cuando fiscaliza los problemas de gestión del ayuntamiento o cuando denuncia el retraso inexplicable de algunas obras como el CEE Pla de la Mesquita, pero la sobreactuación en determinados asuntos y la guerra frontal contra todo lo que provenga del equipo de gobierno atrinchera y distorsiona su mensaje.

El desprecio al cantautor más universal que ha dado Xàtiva no es nuevo y solo se entiende desde el prisma ideológico. La muestra de Heras, que apura sus últimos días, alerta del peligro que se cierne cuando la política tiene más de rigidez que de torsión. Más de estética, de mueca y de brazo que de abrazo.

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