La falta de un local aboca al cierre a una entidad que reparte comida a 100 personas en l'Alcúdia de Crespins

Después de más de una década proporcionando alimentos de primera necesidad de forma altruista a decenas de familias y personas en situación de exclusión social, los voluntarios de la asociación solidaria Compartim afrontan este martes con gran pesar el que será su último reparto de comida, al menos de momento y si nadie lo remedia.

La entidad, que aglutina a una veintena de miembros, tiene que abandonar el local en el que desarrollaba su actividad hasta ahora -a raíz de un proceso de venta- y no dispone de ningún espacio alternativo en condiciones en la localidad de la Costera. Por eso, sus integrantes han lanzado un llamamiento a la población para visibilizar la problemática y tratar de dar continuidad al proyecto.

"Tenemos que cerrar y nos duele en el alma. Hemos dado de comer a muchas familias del pueblo y procedentes de otros países. Solucionamos la cesta de la compra de mucha gente y aprovechamos una gran cantidad de alimentos que se suelen desperdiciar", lamenta María Jesús Durán, secretaria del colectivo, que está adherido al banco de alimentos de València, del que se nutre para distribuir productos básicos. Compartim también recoge víveres sobrantes de los supermercados de Consum de l'Alcúdia de Crespins y Canals, entre los cuales hay muchos productos frescos que se almacenan rápidamente en las neveras y congeladores de los que disponen para evitar que la comida se estropee.

La asociación solidaria, que coordinaba dos repartos de comida cada semana, ha solicitado al Ayuntamiento de l'Alcúdia de Crespins un local de titularidad municipal de manera provisional para no tener que paralizar la actividad del banco de alimentos, pero el consistorio les ha indicado que, al menos de momento, no tiene nada en cartera que poder ofrecerles. La corporación aporta al colectivo 2.000 euros anuales que sirven para comprar leche o latas de conservas.

"Empezamos a hacer los papeles para crear la asociación en 2023 y, desde entonces, hemos estado trabajando mucho, con los fondos de Europa, pidiendo comida, rellenando mucha documentación y haciéndolo todo legalmente", subraya Mª Jesús Durán. "Hay un abanico grande de gente que se beneficia de lo que hacemos y siempre hemos intentado ser muy equitativos, paliando las ganas de comer y tratando las necesidades más inmediatas de la gente. Hay quien viene sin papeles y sin casa y les damos una bolsa con un litro de leche, un paquete de galletas, una ensalada preparada y fruta. Esta acción les satisface mucho", incide la secretaria de Compartim.

"Nos da mucha lástima"

La asociación, que no cesó en su actividad ni siquiera durante la pandemia, maneja un listado de un centenar de posibles beneficiarios de alimentos en situación de necesidad, aunque a los últimos repartos han estado acudiendo unos 70 o 75, algunos en representación de familias enteras. "Sobre todo hay gente joven que acaba de llegar y está muy desesperada", apunta Durán.

"Queremos repartir todo lo que tenemos para que no se estropee nada. Nos da mucha lástima"

Este martes, Compartim bajará por última vez la persiana del local que la entidad ha estado ocupando hasta la fecha. "Queremos repartir todo lo que tenemos para que no se estropee nada. Nos da mucha lástima", indica María Jesús.

"Hacemos una labor social y hemos estado siempre al servicio de la gente. Esperamos que el ayuntamiento pueda encontrar un local, porque vemos que realmente hay necesidades y se tiran muchas cosas que se pueden aprovechar", zanja Durán.

Suscríbete para seguir leyendo