El aumento de costes augura una subida media del 17% en la tasa de basura del COR
La ordenanza fiscal aprobada esta semana sitúa provisionalmente el recibo de 2026 en 125 euros (18 € más que este año), aunque el presidente del Consorcio de Residuos confía en poder amortiguar el impacto en los vecinos hasta que las tarifas sean definitivas

La planta de reisduos el Consorcio de Residuos Ribera-Valldigna gestiona en Guadassuar. / SARAY FAJARDO

Las familias han experimentado en los últimos años un incremento exponencial de la carga tributaria relacionada con la gestión de la basura y, de momento, no hay indicios de que esa senda alcista vaya a interrumpirse en 2026.
Las primeras estimaciones de la ordenanza fiscal del próximo año que el Consorcio de Residuos (COR) V5 aprobó de manera provisional el miércoles sitúan en torno al 17% el incremento medio del recibo que grava la transferencia, el tratamiento y la eliminación de la basura en los municipios de las comarcas de la Costera, la Canal, la Vall d'Albaida, la Safor y el Valle de Ayora.
Ahora bien, el dato aún no es definitivo, fluctuará en función del municipio y, según recalcan desde la entidad gestora, hay un margen de seis meses para intentar rebajarlo.
El estudio económico a partir del cual se calcula la tasa dibuja un escenario inicial que sitúa en 125 euros el precio anual que, a modo de promedio, tendría que abonar el propietario de cada inmueble por el tratamiento de sus deshechos. Partiendo de la base de que en 2025 la factura por contribuyente ascendía de media a unos 107 euros, el incremento de un año a otro podría alcanzar los 18 euros. Desde 2021, la tasa encadenaría una subida 46,73 euros, al pasar de 78,27 € a 125 euros. De esta última cantidad, 8 euros se corresponden con la tasa estatal de eliminación.
El incremento responde a diversas variables. Por un lado, el coste total de transferencia, tratamiento y eliminación de residuos urbanos que tiene que asumir el COR en 2026 ha aumentado un 30%, hasta los 187,43 euros por tonelada. Como informó este diario la semana pasada, el organismo ha cancelado un contrato de comunicación valorado en 500.000 euros pendiente de adjudicarse ante el "incremento muy significativo" de los gastos que tiene que afrontar en virtud de los acuerdos con la Entidad Metropolitana de Residuos (Emtre), encargada del tratamiento y la eliminación de buena parte de los residuos generados en este territorio, carente de plantas propias de valorización.
En el cálculo inicial de la tarifa de la basura también se tienen en cuenta otros factores, como el coste de la red de ecoparques (que se ha incrementado en 212.000 euros), el número de unidades fiscales urbanas en cada municipio, la cifra de actividades o el coste del tratamiento de la fracción orgánica recogida separadamente, que se ha reducido (de 98,52 € en 2025 a 90 € en 2026).
"Trabajamos para que la tasa no suba"
En cualquier caso, el presidente del Consorcio de Residuos, Elio Cabanes, recalca que la ordenanza aprobada es solo un "marco" de cobro y hace hincapié en que la tasa definitiva que se girará a los hogares y las empresas no se calculará hasta el mes de abril. Hasta ese momento, Cabanes ve "muchas opciones" que van a estudiarse "para intentar que el recibo no se suba a los vecinos". En ese sentido, apunta a las negociaciones que quiere mantener con las diferentes plantas de tratamiento a las que el COR envía su basura para eliminarla. "Todo lleva su tiempo. Estamos en ello y nos hemos puesto ya manos a la obra para intentar que la tasa no suba", incide el también alcalde de la Font de la Figuera.
Las estimaciones de la ordenanza se calculan extrapolando al 2026 los datos de recogida de basura de 2025. El presidente del COR subraya como "deberes claros" encima de la mesa conducir la mayoría de las cantidades de residuos a la Emtre, dejar la planta de Guadassuar para la basura recogida en Xàtiva y remitir a las plantas de Algímia y Caudete el resto de deshechos que estas instalaciones permitan. Cabanes explica en buena medida el incremento del coste de la basura por el cambio de instalaciones de la Emtre, que implican un mayor gasto de transporte. "Probablemente, habrá que hacer un nuevo convenio a otro vertedero. Todos estos problemas vienen del hecho de no tener una planta de tratamiento propia", lamenta.
Recién aterrizado en el cargo, Cabanes se marca como prioridad de cara a 2027 llevar a cabo un "cambio radical" en la ordenanza en el que quiere ponerse ya a trabajar porque "es difícil y requiere tiempo". Dentro de ese nuevo paradigma incluye la necesidad de poner en marcha medidas para que, de una vez por todas, el vecino que más recicle y mejor lo haga pague menos. "Hay que establecer esa motivación para que el ciudadano vea que si hace las cosas bien va a tener un ahorro que se va a notar en el recibo", recalca.
Aunque teóricamente los municipios que obtienen mejores índices de reciclaje deberían notar un descenso en la tasa, muchos alcaldes se quejan porque no pueden saber exactamente la cantidad de residuos que se genera en sus pueblos al juntarse esa basura con la de otras localidades que están en la misma ruta de recogida.
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