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La falta de mano de obra lastra la cosecha de la aceituna pese al aumento de kilos

El escaso relevo generacional y el poco margen de rentabilidad deja campos sin recolectar en las tres comarcas

El 40% del olivar de Enguera está en situación de abandono, según los cálculos de la mayor cooperativa de la zona, que trata de incentivar la mecanización de los cultivos

Recolección manual de la oliva en una finca de Cerdà, en una imagen de archivo.

Recolección manual de la oliva en una finca de Cerdà, en una imagen de archivo. / Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

El inicio de la campaña de la aceituna en la Canal de Navarrés, la Costera y la Vall d'Albaida ha vuelto a poner de relieve una problemática que ha ido acentuándose en los últimos años: la falta de mano de obra suficiente para la recolección de una cosecha que, en términos generales, se espera positiva después de la desastrosa campaña del año pasado.

Aunque gran parte de la producción en estas comarcas se concentra en pequeñas superficies de cultivo de cuya recogida se encargan las propias familias propietarias, hay terrenos más extensos que no están mecanizados y que se dejan en manos de cuadrillas de temporeros. Reclutar a la gente necesaria para recolectarlos es cada vez más difícil, en un escenario marcado por unos precios muy inestables que dejan poco margen de rentabilidad a los propietarios. Las personas trabajadoras de origen migrante son claves para mantener el sector.

Enguera es una de las tres localidades valencianas con más terrenos ocupados por olivos, pero desde la cooperativa CampoEnguera calculan que un 40% del olivar está en situación de abandono porque los bancales han dejado de explotarse. Aunque la entidad intenta llevar a cabo una gestión de esas tierras, su presidente, Enrique Pedrón, reconoce que "es imposible recoger todo lo que hay". Pedrón atribuye en buena medida a la falta de relevo generacional las dificultades para encontrar jornaleros. "Es un gran problema que afecta de forma generalizada a todas las cooperativas. La gente joven no ve un futuro en el campo y busca otras cosas. Prefieren la comodidad de trabajar en una fábrica", señala.

Pedrón también apunta a la burocracia como uno de los factores que disuaden a los propietarios agrícolas. "La administración tampoco ayuda mucho. Se pide mucho papeleo, en gran parte por vía digital, y la gente mayor se va cansando de hacer tantos trámites y lo va dejando", sostiene. De las 3.000 hectáreas de olivos que aglutina la cooperativa CampoEnguera, se estima que la mitad están mecanizadas. La entidad trata de incentivar que el resto de superficie siga el mismo camino -ofreciendo cursos de formación o prestando apoyo técnico- para facilitar la recogida de la oliva y garantizar la supervivencia del sector.

"La idea es que la gente lleve los campos a la recolección mecanizada, pero los jóvenes no se implican, porque tampoco les llega lo que les tiene que llegar por la falta de rentabilidad. Todas las cooperativas estamos en contacto con la Generalitat por este tema, se tienen que tomar medidas", subraya el presidente de la cooperativa, que afronta este año una "buena campaña", con una producción "media-alta". "No conseguiremos recolectar toda la aceituna (por los problemas descritos) pero podríamos alcanzar los 4 o 4,5 millones de kilos", apunta. La entidad ha apostado por iniciar la recolección de forma temprana este año para incrementar lacalidada del aceite.

Más kilos en una semana que en la pasada campaña

En la almazara de Pepe Ginia en Navarrés ya llevan molturados en una semana más kilos (69.000) que en toda la campaña del año pasado, cuando la cifra de pesajes fue testimonial (50.000 kilos). "Este año no será histórico, pero pinta bastante bien, con una cosecha media-alta. Aunque la variedad de la blanqueta ha fallado, la manzanilla y la Vilallonga, que son las más abundantes por esta zona de la Canal, están funcionando bien", subraya el propietario del negocio, José Rodenas.

El cierre de almazaras cercanas como la de Vallada ha atraído nuevos clientes hasta la de Pepe Ginia, que sirve principalmente a familias con partidas de 500 o 600 kilos de aceitunas. Normalmente, la almazara navarresina no solía abrir sus puertas hasta el 1 de noviembre, pero este año ha adelantado el inicio de su actividad al 20 de octubre, puesto que el año pasado la producción fue tan baja que ya no quedan existencias de aceite en las casas.

Los precios del aceite de momento se mantienen porque en Andalucía ha experimentado un ligero descenso respecto a las previsiones iniciales, aunque distintas fuentes coinciden en remarcar la inestabilidad de los mercados. "Hay factores como el clima que están sometidos a una gran incertidumbre y que nadie puede predecir", apunta José Rodenas. "Los precios cambian de un día a otro, no los podemos prever. Dependemos de Andalucía y de las grandes comercializadoras, que lo acaban determinando", mantiene Enrique Pedrón.

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