Levante-EMV/E. P., Valencia

El artículo de Manuel García sobre este mural, aparecido en Levante-EMV, ha resultado todo un descubrimiento y ha movido a Cultura a actuar con celeridad. Porque no existe ninguna otra obra de estas características del artista valenciano y porque su situación y el hecho que durante tantos años haya pasado ignorada, sin estudiarse ni haber sido catalogada, obliga a estudiar su estado y sus características.

Aunque el inicio de las gestiones le corresponde al dueño del local, el Ivacor ha mostrado ya su interés por analizar este hallazgo y posibilitar, de este modo, que sus técnicos puedan confirmar que su autoría corresponde al gran autor valenciano y proceder a la protección del hallazgo, según fuentes de la Conselleria de Cultura, que añadieron que responsables del instituto de restauración tenía previsto ayer ponerse en contacto con el propietario. La iniciativa partió de Carmen Pérez, directora del instituto. Hace poco intervinieron en el salvamento de un mural que había pintado Michavila.

El mural --que de confirmarse que fue pintado por Renau sería su única obra interior de estas características conservada en Valencia-- ha sido localizado en el restaurante La Mamma, ubicado en un inmueble datado de 1917 en la calle Caballeros de la ciudad de Valencia.

Según publicó el pasado sábado Levante-EMV, se trata de una pintura que representa a diversos animales, como peces, culebras y aves, rodeados de árboles y situados entre mujeres desnudas y arqueros.

Josep Renau estudió Bellas Artes en Valencia y trabajó como fotógrafo y muralista. Militante del Partido Comunista de España desde 1931 y fundador de la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (1932), inició el despegue de su obra con carteles editados para apoyar a la República durante la Guerra Civil Española.

Fue nombrado director general de Bellas Artes en 1936. De hecho, él fue quien encargó a Picasso la realización del Guernica en 1937 para la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París y quien decidió el traslado a las Torres de Serranos de Valencia parte de la obra del Museo del Prado para salvarla de los bombardeos de Madrid organizando con posterioridad su traslado a Suiza. Ocupó el cargo hasta el final de la contienda en 1939. Al terminar la guerra, pasó a Francia y fue internado en un campo de refugiados en Argelers. Después consiguió un visado para México en 1939, donde trabajó para revistas españolas. De este periodo datan, por ejemplo, los murales del Casino de Cuernavaca. En 1958 dejó el país sudamericano para instalarse en Berlín Oriental, entonces en la República Democrática Alemana. Allí realizó murales y fotomontajes como The american way of life (1977). Beneficiado por la amnistía general de 1976 regresó a España, pero sólo ocasionalmente, ya que regresó de nuevo a la RDA donde falleció.