R.V.M., Madrid.

Escenografías de la memoria, ocupa el Palau de Joan de Valeriola, desde ayer y durante tres meses las obras de Carolina Ferrer, con 16 piezas, proponen al visitante un itinerario fantástico, de hipnosis o sueño.

"Es la primera gran exposición de Ferrer desde la que hizo en al MuVIm, y en la que ya dispuso de un espacio diáfano" señaló el comisario de la muestra, el crítico, Miguel Fernández-Cid, para quien las obras de esta pintora, no han tenido todavía la difusión que merecen.

Pero en este caso se trata de las tres plantas de la Fundación Chirivella-Soriano, y además como al artista reconoció "me han dejado libertad total".

La artista reveló que "pinto con material sobre tabla" y eso hace que parezca un vinilo o un cristal. El contraste de verdes y negros es el leimotiv de toda la exposición, aunque vaya cambiando de soporte. La reflexión sobre la pintura y la exposición es uno de los argumentos.

El secretario autonómico de Cultura, Rafael Miró, que asistió ayer a la presentación de la exposición, anunció que se firmará un convenio, para diversas exposiciones. De un lado "la colección Chirivella-Soriano podrá tener una mayor difusión" y de otro lado en el Palau de Joan de Valeriola se podrán instalar algunas exposiciones programadas por el Consorci de Museus. Por su parte Fernández-Cid, apuntó que "los artistas son corredores de fondo" y en especial "la pintura es una carrera a largo plazo". Lo que subrayó de estas obras es "el afán de perfeccionismo ".

Ferrer confesó que durante los 2 años, desde que le propusieron la muestra ha vivido "obsesionada". En uno de los cuadros de gran formato deja constancia de todos los títulos que tenía previstos, y ahí queda ese Escenografías de la memoria.