Ricardo Rodríguez, Valencia

Desconocido y casi olvidado en su tierra natal durante décadas, el arquitecto valenciano Rafael Guastavino vive desde hace tiempo un proceso de "rehabilitación" pública que culminará con una gran exposición en Valencia, pero que desde ayer tiene un importante capítulo con la inauguración en el Centre del Carme de Guastavino Co. La reinvención del espacio público en Nueva York. Su comisaria, la arquitecta Mar Loren, no tiene dudas a la hora de calificar a Guastavino como "un visionario cuyo papel resultó básico en la configuración de un nuevo tipo de ciudad moderna, de la que Nueva York es el mejor ejemplo".

Rafael Guastavino, tanto el padre como el hijo, se convirtieron en piezas clave del desarrollo de las grandes urbes norteamericanas en el tránsito entre los siglos XIX y XX, y de sus manos fueron creados muchos de los edificios emblemáticos de ciudades como Boston, Washington, Baltimore, Chicago y, sobre todo, Nueva York, ciudad tan identificada con Guastavino que cuando éste murió, en 1908, el New York Times no dudó en asegurar en su necrológica que había muerto "el arquitecto de Nueva York".

Construcciones como el Carnegie Hall, la Corte Suprema de Estados Unidos, el Hospital Monte Sinaí, el Museo Nacional de Historia Natural, la Catedral de San Juan o los subterráneos del Queensboro Bridge dan cumplido testimonio de la importancia de Guastavino en la creación de las grandes ciudades estadounidenses modernas, en las que estableció un trasvase entre la arquitectura mediterránea y los nuevos tiempos: "Las raíces de Guastavino se encuentran en muchas soluciones tradicionales de tierras valencianas, como las cúpulas tabicadas o el uso de la cerámica, que supusieron toda una revolución en su momento, pero que nos resultan cercanas vistas desde aquí", destacó Loren, autora de una tesis doctoral sobre una empresa, la Guastavino Co., que trabajó si descanso durante años, llegando a llevar adelante más de treinta edificios al año, y aportando a todos ellos un toque distintivo.

Visión estética

Pese a todo, la figura del constructor valenciano sigue siendo poco conocida, más allá de los expertos. Pese a que en el año 2000 se le dedicó una exposición que se pudo ver en Madrid y Barcelona, "aquella se centró en aspectos técnicos y constructivos, soluciones de ingeniería que en esta muestra hemos sustituido por un elemento más estético, que pueda ser accesible a todos y que ayude al público a conocer mejor al autor".

A través de más de un centenar de fotografías de gran formato, el espectador puede empaparse de las bellas bóvedas tan cercanas a las de muchos edificios religiosos valencianos, o a los elegantes perfiles de los arcos, uno de los sellos del autor junto a las decoraciones cerámicas o al uso del ladrillo. Según el asesor científico del Consorcio de Museos, Felipe Garín, "Guastavino tuvo la habilidad de utilizar materiales humildes, como la cerámica y ladrillos, para construir numerosos edificios, adaptando las populares bóvedas tabicadas y modestas escaleras de las casas rurales valencianas".

La exposición del Centre del Carme permanecerá abierta hasta el 15 de marzo, y pese a llegar en 2009 sirve como conmemoración del centenario de la muerte de Rafael Guastavino, quien falleció en 1908. Es, además, el anticipo de una gran muestra que se podrá ver en 2009 en Boston dedicada al arquitecto valenciano, y que "en el plazo de dos o tres años", según Garín, visitará la Comunitat Valenciana.