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El joven pianista chino Lang Lang, que con apenas 27 años ya se ha convertido en todo un fenómeno en su país y en el panorama pianístico internacional, regresó ayer al Palau de la Música de Valencia. El espectáculo se convirtió así en uno de los recitales más esperados y con mayor expectación por parte del público, que se ha celebrado en el auditorio.

Lang Lang debutó ayer en la sala Iturbi del Palau de la Música con la interpretación del primer volumen de la "Suite Iberia" del maestro Isaac Albéniz. Este guiño al público español se vio acompañado con una apertura de recital compuesta por dos sonatas de Beethoven, músico del que hizo su primera incursión discográfica hace apenas dos años, y compositor al que le guarda un gran respeto. La clausura del concierto se desarrolló con notas de la "Sonata para piano nº 7 en si bemol mayor op. 83" de Prokofiev, en la que el pianista chino demostró "el virtuosismo y riqueza técnica que lo caracteriza", según explicaron fuentes del Palau de la Música.

Sin embargo, la de ayer no fue la primera incursión de pianista oriental en el auditorio de Valencia. Y es que a los 20 años, en 2003, ya interpretó un recital dentro del Ciclo de Cámara y Solistas internacionales, recordaron las mismas fuentes.

Amante de la música de Mozart, con sólo cinco años ofreció su primer recital y se presentó a más de 30 concursos, de los cuales sólo perdió uno. Pero su verdadero descubrimiento le llegó en 1999, cuando tuvo que actuar como sustituto del pianista André Watts en el Festival "Gala de la Centuria" de Ravinia, junto a la Orquesta Sinfónica de Chicago y bajo la dirección de Christoph Eschenbach.

En su país, se ha convertido en un ídolo de masas, tanto que ya se ha acuñado el término "efecto Lang Lang" por la gran cantidad de niños que han decidido iniciarse en el mundo de la música tras ver alguno de sus conciertos. Entre sus últimas gestas, destaca su reciente actuación ante más de 4.000 millones de personas en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín.

Algunos de los aspectos y situaciones más interesantes de este joven pianista vienen recogidos en su autobiografía Lang, Lang. Un viaje de miles de kilómetros, publicada por Alba Editorial y escrita junto al escritor musical David Ritz, coautor de otras autobiografías como la de Ray Charles o Aretha Franklin. A lo largo de la obra se hace un recorrido por su vida, en el que el propio artista relata su pasión por la música desde muy temprana edad, la relación con sus padres, su determinación por ser concertista de piano y la competitividad inculcada por la cultura china. Esta obra muestra el viaje por el crecimiento personal y el desarrollo de un niño prodigio, con un talento excepcional.