Una cosa rara

palau de les arts de valencia

Ofelia Sala, Joel Pietro, Javier Tomé, María Hinojosa, Maite Alberola, Isaac Galán, Lluís Martínez-Angulo, Salvio Sperando, Cor de la Generalitat y OCV. Director de escena: Francisco Negrín. Director musical: Ottavio Dantone. Martín i Soler. 7 de febrero

Tras unos inicios titubeantes (vamos a ser benévolos) en la recuperación de Martín i Soler propiciada por la que de Salieri emprendieron sus paisanos como consecuencia de la película Amadeus, por fin nuestro paisano parece estar llegando a ocupar el lugar de honor que le corresponde en el repertorio. Como de él cabía esperar, el Palau de les Arts está abanderando el proceso en la actualidad. La sala que lleva el nombre del compositor ha presentado ya dos estupendos montajes propios, el primero de El árbol de Diana.

El de Una cosa rara es muy bonito. La escenografía que firman Rifail Ajdarpasic y Ariane Isabell Unfried gusta por la muy colorida variedad de ambientes que consigue aprovechando la dimensión vertical. Si acaso, se saca poco partido de la representación del cielo, y la posibilidad amagada al comienzo de colocar cantantes por encima de ese telón luego carece de continuidad. Apoyada en una inteligente iluminación de Bruno Poet y un hermoso vestuario de Louis Désiré, la dirección de escena de Francisco Negrín, aunque siempre a favor de la música, es muy movida. Tanto que resultará difícil para un reparto de veteranos o que no goce de una buena forma física. Aun así y sin perjuicio de la imaginativa coreografía de Ana Yepes, salvo por algún momento de tumulto en el final de primer acto los seis bailarines no molestan en absoluto.

La noche del estreno, el nivel musical estuvo a la altura de las circunstancias. En el elenco, muy joven, no se encontró ningún punto flaco. Por el contrario, la concertación funcionó en todos los conjuntos, y las intervenciones individuales se resolvieron sin excepción con solvencia, si bien la estadística arrojó un mejor saldo para las chicas que para los chicos. Y tampoco el coro ni la orquesta desfallecieron en sus respectivas respuestas a la vibrante dirección de Ottavio Dantone.