Tomás Llorens es toda una institución en el mundo del arte contemporáneo. Fue una referencia académica en los tiempos del tardofranquismo, cuando lo expulsaron de las aulas universitarias, y los cargos que ha ocupado después denotan su influencia en estos ámbitos: de primer director del IVAM a conservador del Museo Thyssen y responsable también del Reina Sofía de Madrid.

Pese a que en los últimos tiempos se han reforzado las críticas al IVAM por su posible pérdida de presencia en el panorama español, Llorens defiende la línea del museo valenciano, afectado, dice, por los recortes presupuestarios de los dos últimos años "Ese tipo de quejas se ha dado en buena medida desde hace mucho tiempo -dijo ayer a Levante-EMV-. Se decía en la época de Juan Manuel Bonet y en la de Kosme de Barañano". En su opinión, la razón de estas críticas está en que "el arte contemporáneo es un mundo muy ansioso e inquieto", lo que genera comentarios de esta naturaleza.

"Como antiguo director y director honorario no es mi función actuar como juez o crítico, pero no me parece que la trayectoria del IVAM tenga problemas graves, excepto que en los dos últimos años ha sufrido un recorte presupuestario", señala Llorens. a. g.valencia