El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) inauguró ayer la exposición Barcelona-Valencia-Palma. Una historia de confluencias y divergencias, un relato expositivo que pretende encontrar los puntos que unen a las tres ciudades mediterráneas.

La muestra ha sido comisariada por el catalán Ignasi Aballí, el mallorquín Melcior Comes y el valenciano Vicent Sanchis y muestra la cara más amable, pero también la más oscura, de unas ciudades que, como recordó el director del CCCB, Josep Ramoneda, a veces han sido tocadas por el "virus de la espectacularidad, e inevitablemente, por el virus de la corrupción".

A la inauguración acudieron ayer los alcaldes de Barcelona y Palma, pero no de Valencia, donde no está previsto que la muestra llegue. Sanchis se refirió al desinterés de las autoridades valencianas, que no consideran "inofensiva" la exposición. Será tal vez porque la política no pasa desapercibida en una muestra que tiene uno de sus núcleos centrales en la corrupción, pues incluye un espacio para hablar, veladamente y entre líneas, de los casos Gürtel, Palmarena y Millet. Una instalación del artista Daniel G. Andújar habla de los Objetos de deseo de la política local.

Así, las imágenes del bolso fetiche de Louis Vuitton de Rita Barberá y de la escobilla de váter de Jaume Matas se convierten en objetos de culto, aunque la estrella de este espacio es una recreación de la casa de Fèlix Millet en Ametlla de Mar (Tarragona) hecha con billetes de 100 y 500 euros.

Para ahondar aún más en esa "ciudad fea" la exposición también incorpora un espacio interactivo: 'La ciudad de los horrores', donde los visitantes pueden colgar y votar a tiempo real en una web las fotografías de los lugares más feos de las tres ciudades.

La vertiente hedonista que comparten las tres capitales se explica con referencias al ocio nocturno, las drogas y la prostitución, pero también con manifestaciones festivas como la noche de San Juan, las Fallas -se incluyen las cenizas de la última falla de Na Jordana-y el amor por la gastronomía.

Planos históricos y maquetas de edificios góticos emblemáticos, como Santa Maria del Mar y la Catedral de Valencia forman parte también de la muestra, que repasa el vínculo del Mediterráneo y la lengua. La exposición estará hasta el 12 de septiembre y a finales de año se podrá ver en Palma.