Ocho años después de su última aventura discográfica con los 'Heartbreakers', Tom Petty volvió a reunir a sus compinches de toda la vida para emprender un viaje de regreso a las raíces del rock que se ha plasmado en 'Mojo', un disco que atraviesa las pantanosas aguas del blues.

El álbum, que acaba de publicarse, presenta quince temas en los que Petty (Gainesville, Florida, 1950) y su banda han bebido en las fuentes de la música que llevan practicando desde hace casi 40 años.

Los 15 temas de "Mojo" destilan recios sonidos de guitarras que dejan escasas concesiones a las listas de éxito, ejecutados con un clasicismo reservado a los grupos más experimentados.

"Con este disco quiero mostrar a la gente lo que escucho cuando toco con la banda. 'Mojo' es donde el grupo vive cuando toca para sí mismo", ha afirmado Petty al referirse a su nuevo álbum, que es el primero con los Heartbreakers desde la publicación en 2002 de 'The last DJ'.

El proyecto de "Mojo" surgió tras una serie de conciertos que el rockero norteamericano ofreció hace unos meses con su primer grupo, Mudcrutch, formado en 1970 por Petty junto al también guitarrista y cantante Tom Leadon.

Aquella banda sólo llegó a grabar un single, pero se convertió en el embrión de los 'Heartbreakers', ya que propició el encuentro entre Petty y su -a partir de entonces- inseparable guitarrista, Mike Campbell, y el teclista Benmont Tench.

Campbell y Tench se mantienen como pilares del grupo de Petty, cuya formación completan el baterista Steve Ferrone, el bajista Ron Blair y el guitarrista Scott Thurston.

Acostumbrados a llenar los grandes recintos en Estados Unidos, Petty y los suyos se han inspirado en espacios más reducidos para grabar su nuevo álbum.

Esta atmósfera ha sido capturada en el vídeo del primer single del álbum, 'I should have known it', un tema cuyas raíces 'blueseras' recuerdan a los mismísimo Led Zeppelin, y en el que Petty y los suyos tocan sobre un sencillo escenario, rodeados de instrumentos musicales.

La búsqueda de los sonidos añejos de 'Mojo' ha quedado plasmada en los títulos de crédito del disco, en los que pueden leerse las fechas de fabricación de los modelos de guitarras y bajos utilizados en los quince temas.

Una práctica más propia de las orquestas de música barroca, que permite descubrir que el modelo de guitarra más reciente utilizado por Petty en la grabación del disco es una Fender Stratocaster de 1965 y que Mike Campbell empleó en prácticamente todos los temas una Les Paul de 1959.

El pegadizo reggae 'Don't pull me over'es uno de los ganchos del disco, que tiene entre sus joyas 'No reason to cry', en la tradición de los mejores tiempos lentos de Petty, quien ha llegado a su decimoquinto disco de estudio 34 años después de haber debutado en el mercado con un álbum homónimo.

60 millones de copias

Desde entonces, el músico norteamericano ha despachado 60 millones de copias en todo el mundo, alternando los discos con su banda con los publicados en solitario, como su anterior entrega, 'Highway companion', de 2006, grabado junto su amigo Jeff Lynne, líder de la Electric Light Orchestra (ELO).

Petty coprodujo algunos de sus álbumes más gloriosos ('Full moon fever', 'Into the great wide open') con Lynne, con quien coincidió además en los Travelling Willburys, el supergrupo que compartieron a finales de los ochenta con mitos como George Harrison, Bob Dylan y Roy Orbison.

Y es que Tom Petty ocupa desde hace tiempo un lugar en el Olimpo del rock estadounidense, aunque su aparente falta de interés por salir de su país -su actual gira tampoco prevé por ahora fechas fuera de EEUU- le hace ser mucho menos popular lejos de sus fronteras que estrellas como Bruce Springsteen.