El arquitecto valenciano Santiago Calatrava acaba de presentar su último proyecto, el Museo del Mañana que construirá en Río de Janeiro, una institución dedicada a la sostenibilidad y la ecología que será construido en la zona portuaria de la ciudad.

"Este es el proyecto museístico más importante que he hecho en toda mi carrera", señaló el arquitecto, autor de gran parte del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia o del proyecto para Castelló del Centre de Convencions.

Para este proyecto, Calatrava se ha inspirado una vez más en el mundo vegetal, esta vez en las formas de la selva atlántica característica de la región.

Sin embargo, el nuevo proyecto tiene algunos rasgos que comparte con la maqueta de Castellón ya que ambos tienen suspendida la parte delantera del complejo sobre una línea de agua, aunque el de Brasil sea más horizontal y el de Castellón tenga forma curva

El Museo del Mañana ocupará una superficie de 12.500 metros cuadrados en el puerto de la ciudad, tendrá una inversión de unos 60 millones de euros y será inaugurado a finales de 2012, con motivo de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible que la ONU organizará en Río de Janeiro.

Brasil tendrá que ponerse a trabajar a toda máquina si quiere llegar a tiempo conociendo los retrasos habituales de las obras del arquitecto valenciano o los sobrecostes de sus proyectos. Sin ir más lejos, el Palau de les Arts tardó seis años en concluirse desde la fecha prevista, el proyecto de Castelló continúa siendo modificado o la Ciudad de las Artes comenzó sobre un presupuesto global de 328 millones para superar finalmente los 1100 sin contar el Agora o el puente Assut de l'or.

El Palau de les Arts nació sobre un coste inicial de 84 y ha terminado en torno a los 400, mientras que el de Castellón también fue presupuestado 60 y antes de iniciarse su presupuesto ya ha subido a los 89.

Calatrava realizó una original presentación de su nueva obra y realizó en directo un boceto de lo que será el Museo del Mañana, donde se presentarán exposiciones sobre ciencia, tecnología y conocimiento con el objetivo de concienciar sobre el futuro y la necesidad de adoptar actitudes más ecológicas. "La intención es hacer un museo con un impacto económico ínfimo: con materiales reutilizables y que sea enérgicamente suficiente", señaló Calatrava, quien espera que el edificio sirva de ejemplo para una filosofía de vida más sostenible.

El museo constará de dos plantas. El nivel inferior estará rodeado por dos estanques de agua que llegan hasta el mar, para reflejar la importancia de este bien, y quedará delimitado por dos zonas verdes que permitirán el acceso desde cualquier parte de la alargada estructura. El techo del piso superior, al que se podrá acceder por dos rampas, estará compuesto por múltiples placas solares que cambiarán de posición durante el día y ofrecerán una silueta cambiante al visitante.

La idea es que el museo sirva para revitalizar el puerto de Río de Janeiro, zona que en la actualidad alberga un recinto ferial y que en el futuro deberá alojar parte de las instalaciones logísticas de las olimpiadas.