Matteo Garrone, director de Gomorra, película que muestra el submundo de la mafia italiana a través de una historia de ficción basada en el libro homónimo del periodista Roberto Saviano, aseguró ayer en Valencia que "lo más triste" de rodar el filme fue descubrir que "no existen los buenos y los malos", sino "gente que lucha por sobrevivir, gente que vive en la jungla y muere en ella sin saber lo que hay más allá".

El director de la premiada cinta que se exhibe en Cinema Jove dentro de un ciclo dedicado a su filmografía respondió a diversos críticos de cine sobre la relación que mantiene en estos momentos con Roberto Saviano y sobre por qué con él la mafia italiana tiene una reacción distinta a la que adoptó con Saviano, que vive bajo protección oficial desde la publicación del libro en 2006 y amenazado de muerte.

Respecto a este asunto, el cineasta italiano explicó que su película "habla de la gente que vive bajo el control de la mafia, pero no intenta juzgar". Sin embargo, reveló que Saviano, de quien dijo no saber "nada", fue amenazado tras "atacar" a uno de los jefes de estos grupos organizados en un acto público de presentación de la novela.

En este sentido, comentó al programa de Radio 3 El séptimo vicio, cuya grabación se realizó en Valencia, que durante el casting de la película recurrió "a actores de teatro y camorristas reales" y también fue atacado porque algunos de los criminales que participaron en el filme fueron arrestados más tarde. No obstante, esgrimió que fue "honesto intelectualmente" porque su objetivo era mostrar "la vida de los criminales sin el "glamour"" al que suelen recurrir las películas sobre este tema.

Preguntado si consideraba "sobrevalorada" la trilogía de Francis Ford Coppola El padrino, Matteo Garrone se mostró contrario a esta afirmación y calificó la saga basada en la novela de Mario Puzo de "obra maestra" aunque reveló que su punto de referencia para realizar Gomorra fue la película bélica Paisà (1946), del italiano Roberto Rosellini.