La mezzosoprano letona Elina Garanca se divierte con la versión que protagoniza en el Palau de les Arts de Carmen, un personaje que, asegura, es como los monitores que controlan el corazón, "arriba y abajo sin parar". La última representación del montaje, con la diva letona a la cabeza, tendrá lugar hoy en el coliseo, que cerrará así el .

Garanca (Riga, 1976), que en Valencia no ha comparecido ante la prensa, viajó a Madrid para hablar sobre su próximo disco, que se publicará en otoño, y afirma que sólo tiene "extremadamente" buenas palabras para esta producción.

Dispuso de poco tiempo para los ensayos, porque estaba en Múnich cantando, pero, afirma, Zubin Mehta y Carlos Saura han sido "muy abiertos y comprensivos" con ella y, además, el vestuario es "fantástico"; el reparto, con Marcelo Álvarez como Don José, "grandioso", y el público, "extremadamente receptivo, generoso y amable".

La mezzosoprano, que ha cantado en los últimos meses varias Carmen con tenores tan diferentes como Roberto Alagna, Jonas Kaufmann y Álvarez, no quiere decantarse por ninguno como el mejor Don José, pero acaba eligiendo a Alagna ("después de esto me odiarán", bromea).

"Hay cosas fantásticas en la interpretación de cada uno, pero al que me siento más cercana es a Alagna porque le conozco desde hace mucho tiempo". "Es muy generoso, un gran artista, y con él tengo un sentimiento en el escenario realmente escalofriante, te da miedo, parece que te va a matar. Lo hace todo bastante real".

No intenta copiar a nadie

De su personaje, asegura que es como "los monitores que controlan el corazón, arriba y abajo todo el tiempo. Ella cambia constantemente e igual de rápido". Ha escuchado cantar el papel a Victoria de los Ángeles, Teresa Berganza o Marilyn Horn, pero ella intenta no copiar a nadie. "Quiero llenarla de emociones para que el público la quiera, la odie, se sienta triste".

"Es un papel que sale del estómago en cada momento. Lo cierto es que la manera en la que se interpretaba hace unos años es bastante diferente a la actual. Ahora se interpreta más, se baila, es más física, apasionada y teatral", asegura.

Con todo, su favorita es la versión de la película que hicieron Plácido Domingo y Julia Migenes en 1985: "Era muy visual la forma en la que ella se movía y lo hacía. Ella era Carmen".