El matador de toros Miguel Ángel Perera, que resultó herido de gravedad el lunes en la plaza de toros de Burgos, tuvo que ser intervenido de nuevo ayer por el doctor Manuel Aguado, con anestesia general, ya que la herida presentó un notable sangrado a primeras horas de la mañana, cuando el torero trató de levantarse en la habitación 505 que ocupaba en el Hospital Divino Vallés de Burgos.

La nueva intervención tuvo lugar en el Hospital General Yagüe de la misma capital burgalesa. La operación duró una hora y el resultado fue satisfactorio. Según declaró el propio cirujano: "Se ha hecho es una revisión de la herida porque nos había alarmado la salida de sangre por un drenaje. Se ha completado la hemostasia, que consiste en cohibir la hemorragia que había producido una vena colapsada. Ya ha quedado resuelto el problema, dentro de la prudencia con la que hay que pronunciarse siempre que se producen estas intervenciones, por lo que hay que esperar entre 24 y 48 horas para ver cómo evoluciona la herida".

El doctor Aguado, a pesar de este incidente, confía en que el espada pacense, quien había indultado un toro el pasado sábado en Algeciras y que es uno de los ausentes de la próxima feria de Julio de Valencia, no tarde mucho en reaparecer, aunque deberá permanecer ingresado al menos dos o tres días más antes de comenzar su recuperación.

Por su parte, el matador retirado Pedro Moya Niño de la Capea sufrió un accidente en su finca de Salamanca al caerse de un caballo, sufriendo una triple fractura de la clavícula que le va a obligar a pasar por el quirófano. Está ingresado en el Clínico de Salamanca.