Una rocambolesca historia acompaña la desaparición, aparición y recuperación de los documentos de Alcalá-Zamora. Los papeles fueron robados de una caja fuerte del Banco Crédit Lyonnais en Madrid en 1937. En el exilio, el ex presidente de la República fue el que advirtió de su desaparición. Durante años estuvieron perdidos, aunque en su momento se denunció el robo.

La familia del político siempre supo que los papeles estaban en Valencia ya que sus memorias cercenadas fueron publicadas por un periódico local para dañar a la República. Sin embargo, nadie sabía quién las tenía.

Era un 5 de diciembre de 2009 cuando agentes de la brigada de Patrimonio abordaban a un arquitecto valenciano en un céntrico restaurante donde iba a realizar la operación de su venta. Según confesaba, había encontrado la documentación en el desván de su casa tras fallecer su padre.

Después los ofreció al periodista César Vidal que acaba de publicar un libro sobre las memorias de Quipo de LLano. Fue Vidal quien alertó a la policía y ésta quien puso toda la documentación en manos del Ministerio. Así hasta hoy, aunque la familia que poseía los documentos no cesó en la reclamación de su titularidad. Un juzgado llegó a declarar prescrito el robo, lo que ha permitido ahora la operación de dación por impuestos.