Tal vez a muchos no les suene el nombre de la Real Sociedad Económica de Amigos del País porque la entidad ha asumido hoy un papel más modesto, de refuerzo y apoyo a la sociedad civil, pero la institución, creada en 1776, ha jugado un papel fundamental en el desarrollo valenciano en el último cuarto de milenio. La Caja de Ahorros -actual Bancaja- (1878), el Conservatorio de Música de Valencia (1879), las exposiciones regionales de finales del siglo XIX (germen de la de 1909 y de la Feria Muestrario Internacional), el Patronato de la Juventud Obrera (1884), la Sociedad Arqueológica Valenciana (1871) o la creación de cátedras luego cedidas a la Universitat de València han sido proyectos nacidos bajo el paraguas de la Económica, nombre más breve con el que es tradicionalmente conocida.

Estos episodios son sólo algunos de los que aparecen recogidos en la obra Ilustración y progreso: la Real Sociedad de Amigos del País de Valencia (1776-2009), la primera historia de la entidad, en la que han colaborado 17 estudiosos de distintas universidades e instituciones, coordinados por Nicolás Bas y Manuel Portolés.

Tras dos años de trabajo, la institución presentó ayer el volumen, con el que pretende también espolear a los investigadores a descubrir su biblioteca, especializada en los siglos XVIII y XIX, cuyos fondos han sido digitalizados y estarán en meses disponibles en la web. Bas señaló que el criterio ha sido "no decir cosas ya sabidas, sino investigar en el archivo". El trabajo ha dado pie a descubrir así algunas "joyas", como libros prohibidos en el París del siglo XVIII (los de Louis Sebastien Mercier, por ejemplo).

"Somos una entidad modesta, tiene mérito que 234 años después estemos en activo", subrayó ayer el presidente de la institución, Francisco Oltra, quien repasó de carrerilla el "espíritu" de ésta: "Defender valores como la razón, la libertad, la independencia, el conocimiento, la justicia, la tolerancia y el respeto a la persona y sus ideas".

Papel diferente en el siglo XXI

Los tiempos gloriosos de la segunda mitad del siglo XIX, cuando prohombres de la burguesía, destacados miembros de la Económica -el marqués de Campo o Navarro Reverter-, levantaban proyectos de tanto impacto como el ferrocarril, se fueron. La sociedad es ahora "más compleja", explicó Oltra, y la entidad ha asumido un papel más humilde: "Dar refuerzo y solidez a la sociedad civil, absolutamente necesaria; que tenga valores".

Cuando la sombra de la política es cada vez más grande, los responsables de la Económica defienden el papel de una sociedad civil independiente y formada.

El profesor de la Universitat Justo Serna, uno de los colaboradores en la historia -editada con la colaboración de Bancaja-, resaltó la vigencia de conceptos que han sido clave en las reflexiones de la institución, como "prosperidad pública" e "instrucción pública". "Son todavía un hilo conductor que nos puede mejorar. Sin esos debates la sociedad civil lo pagará caro", dijo Serna, quien reclamo a los políticos que atiendan los informes y reflexiones de la Económica.

Partidarios de una fusión a la valenciana

La Real Sociedad Económica de Amigos del País ya se declaró partidaria de una integración valenciana cuando estalló el proceso de fusiones entre caja de ahorros. Al final prosperó el SIP con Caja Madrid. Francisco Oltra reiteró ayer que a la Económica, impulsora de la actual Bancaja, le hubiera gustado la fusión con otra caja valenciana -en referencia a la CAM-, "pero se hizo imposible desde que una y otra entidad empezaron a abrir oficinas de manera indiscriminada" en Valencia y Alicante, territorios que antes se repartían sin competir. "Se pudo impedir, pero no se hizo", dijo Oltra, quien pasó de puntillas y con discreción al valorar las relaciones con en el poder político. a. g. valencia