Cuando se habla de sociedad civil sí se reconoce a una generación que conoció muy bien y no se ha repetido: Maldonado, Muñoz Peirats, Vicent Ventura, Burguera, Broseta, Sánchez Ayuso...

Y Paco Domingo. En el fondo, fue una buena generación porque no tuvo la posibilidad real de ejercer en sí la política, salvo Attard. Tenían la ventaja de tener sus vidas construidas y algunos hipotecaron la profesional. La echaron a rodar y otros, la perdieron, pero llegaron limpios a la política. Ahora no, ahora un cargo es un sueldecito. Alguno de ellos, incluso, se arruinó. Actualmente, con 30 años sólo piensan en subir a un coche oficial. Pero si soy crítica no es por desencanto, aunque parezca que todo importe un rábano. No siento desilusión, porque no me compensa. Prefiero no mirar hacia atrás, ni hacia delante.

¿Emilio Attard era el mediador, rol que le gustó asumir después del Estatut?

Era un Maquiavelo de la calle de la Paz, o de Santa Bárbara. Le divertía hacer "maldades" y fue un político total. Nada de pacificador. Es la imagen que daba.

¿Y Fernando Abril Martorell sería...?

Fue una gran persona que salió de la política con una mano delante y otra detrás después de haber sido el todopoderoso vicepresidente del Gobierno. Sólo se equivocó al final, cuando creyó que Adolfo Suárez debía retirarse y ocupar él su sitio. Y esto me lo dijo Suárez un día que le pregunté, muchos años después, por qué se había roto la amistad entre ellos.

¿Tiene la sensación de que faltan líderes?

El problema, más bien, es que no se forman líderes, o no se les deja surgir porque casi todos están atados. Creo, y aunque para muchos resulte una boutade, que Alfonso Rus tiene madera de líder. Es independiente, no tiene hipotecas y está en política porque le gusta. Además, tiene capacidad de comunicación y, a su manera, es líder. Otra cosa es cómo es él, o que ni él mismo se lo crea. Pero tiene madera de líder.

¿Qué le reprocharía a la actual sociedad valenciana?

No soy quien para hacerlo, pero continúo notando ese cierto meninfotisme de siempre, esa sensación de por qué no hacemos esto, y que te respondan, por qué no lo haces tú. Hay asuntos por los que pelear. Aún se necesita una segunda autovía con Madrid, porque la A3 se ha quedado pequeña, el corredor mediterráneo es necesario... pero llegar a poner en marcha a la sociedad civil...

Hay quien dice que en esta sociedad sólo se consiguen las aspiraciones batallando.

En esta vida hay que tomar las cosas a lo grande y batallar es una de las razones de vivir.

¿Su salida del diario le confirma esa premisa de que fuera de los lugares de decisión eres sólo uno más?

Cuando me despidieron hubo gente que se acercó más que nunca y otros que me miraban como si estuviera apestada. Luego, pasó el tiempo y algunos volvieron. Pero tampoco he creído nunca en la amistad de los políticos y similares. Siempre he sabido que antes que yo estaban los intereses de cada uno. Por eso, se trataba de jugar y divertirse. Lo que sí tengo claro es de tener más sentido común e intuición de lo que sucede en la calle que cualquier político, porque no pisan la calle y viven al margen de la realidad.

¿A qué lo atribuye: a su corta mirada o a aquello que decía Alfonso Guerra de que el que se mueva no sale en la foto?

Más bien diría que la causa es que suelen tratar siempre con las mismas personas. No me he movido en círculos políticos, ni económicos. Pasaba mi vida con la familia, y con la gente que tenía que hablar lo hacía en el periódico para que todo quedara bien claro.

Cuentan que, en los arranques de Canal 9, hubo un intento de pacto secreto por la lengua entre Universidad, partidos y colectivos sociales que usted no rechazó, pero Vicente González Lizondo sí.

Es verdad que cené con Ramón Lapiedra y Pérez Casado en casa de éste último y que aquella noche se habló de todo. Pero yo no estaba para pactar nada. El pacto lo hicieron Amadeu Fabregat y Xavier Casp, y fue aquello de las 500 palabras, con mucho sentido común, además, por ambas partes. Todo lo que vino después fue bastante peor, incluida la Academia Valenciana de la Lengua que nació con un texto ambiguo e infumable.

Ahora que habla de Xavier Casp, y otro de sus caballos de batalla fue la lengua, la familia del poeta, cuando murió, reconoció que su padre había fallecido dolido, incomprendido y abandonado por muchos de los suyos. Que se había ido decepcionado e incluso traicionado.

Si se quiere llamar traición.. Lo que está claro es que no se le mimó lo suficiente. Le agredieron. Era un hombre muy humano y convencido de lo que hacía. Nunca reconocimos lo que teníamos con él.

¿Fueron injustas la propia Academia de Cultura Valenciana, así como otras instituciones próximas?

Hubo un momento en la Academia en el que entraron personas que no deberían haberlo hecho y que tuvieron un mal comportamiento con Casp. Él merecía un lugar de honor en la Academia. He visto cartas de Pujol insistiéndole que escribiera en catalán y ofreciéndole todo lo que podría tener una persona. Pero no era ambicioso, ni tenía la intencionalidad de traicionar todo aquello en lo que creía. Unos querían manejarlo y otros, cambiarle hasta su forma de escribir. Y eso no podía ser.

¿Qué políticos valencianos cree que están desaprovechados?

González Pons y Manolo Mata son dos políticos aprovechables porque, en sus respectivas ideologías, representan bastante bien a la sociedad actual. Son políticos del año 2010 que no viven anclados en los años setenta. Muchos otros viven dormidos en sus tiempos de gloria absoluta. El perfil general no es tampoco tan alto como lo era antes.

¿La Comunitat Valenciana se rompe por el sur hasta en política de partido?

No es que se rompa, sino que Alicante siempre ha ido a su aire. Ya lo dijo Lerma: somos felizmente invertebrados.

¿Joan Lerma fue buen presidente?

En líneas generales, sí. Fue un hombre de una gran prudencia y honradez.

¿Valoraría al resto?

¿Olivas cuenta? Cada uno ha tenido su historia, aunque quizá los dos más completos hayan sido Lerma y Zaplana.

¿En qué se equivocaron?

Los dos, en lo mismo. Lerma debería haberse quedado en la oposición y hoy sería un gran líder; Zaplana debería haberse quedado aquí.

¿Cree que en el supuesto de que el proceso del caso Gürtel afecte más al President Camps, la actual alcaldesa de Valencia sería la mejor solución?

Rita Barberá podría ser perfectamente la número uno a las elecciones autonómicas. Es la mejor y, en cuatro años, el partido podría intentar buscar un nuevo líder para la Comunitat Valenciana.

¿Y en el PSPV?

Deberían ir haciéndolo. Al menos, el PP sabe que tiene a Rita. Lo de Alfonso Rus lo mantengo, y como opción podría ser Esteban González Pons. Pero el PSPV no tiene a nadie. Mata podría ser un buen líder, pero como muchos viven en el día de la marmota, repiten y repitenÉpues... o Antonio Asunción.

¿Su reaparición no le ha extrañado?

No la he entendido muy bien porque estaba apartado de todos y de todo. A no ser que fuera por ganas de volver a divertirse, o porque se encuentra en un momento personal extraño, es difícil de entender. Pero también es cierto que se encuentra todavía muy bien y puede que, realmente, haya pensado en intentarlo. Pero creo que el líder del PSPV debería de ser Lerma.

No creo que nunca haya dejado de serlo, aunque a su manera.

Pues que lo sea de verdad dando la cara y jugándosela.

¿Podría dar diez nombres que le hayan marcado?

Eduardo Primo Yúfera me parece el gran humanista que teníamos en Valencia. Broseta, Paco Domingo, Sánchez Ayuso, Severo Ochoa, Julián Marías, Adolfo Suárez... Hay otros muchos de los que podría destacar su comportamiento. Rubalcaba, por ejemplo, siempre sabes que en los momentos duros estará ahí y responderá.

¿Guarda algún tipo de rencor y le ha dado durante todos estos años muchas vueltas a su retiro involuntario? No sé si tendrá formada su propia conclusión.

Rencor, por mí, no guardo a nadie. Sí que guardo una tristeza enorme por lo mucho que amargaron los últimos días de vida de mi padre. Fueron..., no sé qué fueron.

¿Echa hoy de menos el periodismo y continúa utilizando la mirada de periodista pese a estar ya tantos años alejada de él?

Echarlo no lo echo de menos porque ahora tengo una vida tranquila, la vivo despacito y para nada estresada. Pero lo de la miradaÉ, sí. Hay veces que se me llevan los demonios cuando veo algunos periódicos. Es que ni sienten, ni padecen. No se apasionan por nada, no luchan por nada. Van de objetivos por la vida y son más manipuladores que nunca.

¿Al final, con qué se queda?

Con la familia y los amigos porque son los únicos valores seguros en una vida.

*Lee la primera parte de la entrevista