"Cuando no podía dormir por las noches imaginaba que quedaba finalista del Premio Planeta", confiesa Carmen Amoraga, que acaba de lograr su objetivo con "El tiempo mientras tanto", una novela en la que indaga sobre "la paradoja de lo desconocidos que somos para las personas que más amamos".

La escritora valenciana se muestra en una entrevista con Efe "maravillada" de ser finalista en una edición del Planeta ganada por Eduardo Mendoza, ya que es un escritor cuya obra ha tenido como "lectura de cabecera".

Amoraga (Picanya, 1969) espera que este premio suponga "un antes y un después" en su carrera literaria, que comenzó en 1997 con "Para que nada se pierda", con la que logró el premio Ateneo Joven.

"La maquinaria de Planeta te permite llegar a muchísimos lectores", destaca la autora, que con "La larga noche", publicada en 2003, obtuvo el Premio de la Crítica Literaria Valenciana.

"El tiempo mientras tanto" es una novela coral que trata de la relación de dos mujeres que no se conocen, a pesar de ser madre e hija, y que tendrán la oportunidad de hacerlo a partir de un hecho vital que cambia sus vidas: un accidente que deja en coma a la hija.

"La novela habla de una mujer que pasa la vida persiguiendo un sueño equivocado y de otra mujer que pasa su vida lamentándose por no haber seguido un sueño", explica la autora.

Se trata de una obra "muy viva" y de construcción "muy complicada, porque tiene muchas voces e ideas recurrentes", añade Amoraga, que comenzó su actividad en el periodismo.

La idea de "El tiempo mientras tanto" surgió cuando su autora estaba embarazada, poco después de haber quedado finalista de la edición de 2007 del Premio Nadal con "Algo tan parecido al amor", su anterior novela.

"Un día pensé que cuando mi hija creciera me iba a ver sólo como su madre, no como a una persona en toda su magnitud, con toda su historia y sus sentimientos, y llegué a la conclusión de que las relaciones afectivas más próximas son también las mas injustas", recuerda.

Amoraga explica que escribió su quinta novela "más como madre que como hija" y que, aunque al principio la hija iba a ser la protagonista, finalmente fue la madre quien se quedó con el papel principal.

La escritora valenciana ha recurrido a estas voces femeninas para reflexionar sobre las relaciones más próximas, pero advierte de que en esta novela hay también personajes masculinos.

La finalista del Planeta rechaza con rotundidad la etiqueta de "literatura femenina" aplicada a las novelas protagonizadas por mujeres y precisa que "nadie habla de literatura masculina cuando los protagonistas son hombres".

Carmen Amoraga logró el viernes por la noche lo que nunca acaba de lograr en sus pensamientos. "Cuando imaginaba que quedaba finalista del Planeta no llegaba a recibir el premio, porque me quedaba dormida antes", cuenta la escritora.

Ahora le espera una "enriquecedora" gira de presentación de las novelas galardonadas junto a Eduardo Mendoza, a quien, según revela en la entrevista, debe su apodo familiar.

"En mi casa me llaman 'Pajarito' por un personaje de 'La verdad sobre el caso Savolta' (la primera novela de Mendoza), Domingo Pajarito de Soto, que era una periodista, y como yo quería ser periodista desde pequeña, me quedé con el apodo", explica.