"Cuando no podía dormir por las noches imaginaba que quedaba finalista del Premio Planeta", confiesa Carmen Amoraga, que acaba de lograr su objetivo con El tiempo mientras tanto, una novela en la que indaga sobre "la paradoja de lo desconocidos que somos para las personas que más amamos".

La escritora valenciana se muestra "maravillada" de ser finalista en una edición del Planeta ganada por Eduardo Mendoza, ya que es un escritor cuya obra ha tenido como "lectura de cabecera".

Amoraga espera que este premio suponga "un antes y un después" en su carrera literaria, que comenzó en 1997 con Para que nada se pierda, con la que logró el premio Ateneo Joven. "La maquinaria de Planeta te permite llegar a muchísimos lectores", destaca la autora, que con La larga noche obtuvo el Premio de la Crítica Literaria Valenciana.

El tiempo mientras tanto es una novela coral que trata de la relación de dos mujeres que no se conocen, a pesar de ser madre e hija, y que tendrán la oportunidad de hacerlo a partir de un hecho vital que cambia sus vidas: un accidente que deja en coma a la hija.

"La novela habla de una mujer que pasa la vida persiguiendo un sueño equivocado y de otra mujer que pasa su vida lamentándose por no haber seguido un sueño", explica la autora.

La idea de El tiempo mientras tanto surgió cuando su autora estaba embarazada. "Un día pensé que cuando mi hija creciera me iba a ver sólo como su madre, no como a una persona en toda su magnitud, con toda su historia y sus sentimientos, y llegué a la conclusión de que las relaciones afectivas más próximas son también las mas injustas", recuerda.