La actriz estadounidense Rebecca de Mornay, la malvada protagonista de "La mano que mece la cuna", ha presentado su última película, "Mother's Day", en Sitges, donde ha asegurado que "es muy difícil sobrevivir en Hollywood después de los treinta".

De Mornay, que parece condenada a interpretar papeles de mala, ha sonreído cuando se le ha preguntado si ser rubia permite sobrevivir mejor en la meca del cine.

"Es muy difícil para cualquiera sobrevivir en Hollywood después de los treinta, da igual el color de pelo que tengas", ha respondido.

Muy delgada y con larga melena, la actriz se encuentra estos días en España para promocionar una nueva versión de la cinta "Mother's Day" que en 1980 dirigió Charles Kaufman, en la que encarna a una terrorífica progenitora capaz de todo para defender a su descendencia.

De Mornay ha reconocido que cuando le propusieron interpretar en los noventa a la vengativa niñera de "La mano que mece la cuna" sí sintió un cierto prejuicio ante un personaje deleznable y cruel, pero ahora, después de aquella experiencia, en la que comprobó que la gente no la odiaba por su trabajo, no ha tenido tanto problema en aceptar el de "Mother's Day".

En este caso, ha buscado mostrar el "lado oscuro" que tiene toda persona y ha remarcado que sin la ayuda del director de la cinta, Darren Bousman, no hubiera podido ofrecer todos los aspectos de la protagonista de esta cinta de terror.

Precisamente, otra de las actrices del filme, Jessie Rusu ha explicado en Sitges que Rebecca es "muy intimidante" cuando actúa.

"En según que escenas era terrorífica -ha añadido- y en una de ellas, muy comprometida, estábamos todos con un miedo increíble".

Bousman, conocido por la saga "Saw", ha afirmado que algunas tomas en las que De Mornay aparecía "muy terrorífica" no se han visto en el metraje que se ha pasado en Sitges y otros festivales, pero espera poder incluirlas en la visión definitiva en salas.

Asimismo, ha asegurado que cuando se puso al frente de esta versión su intención fue alejarse del original, que le había gustado mucho, y quiso trasladar toda la acción del campo a una casa cerrada.

Le gustaba la idea "del arresto domiciliario", ha asegurado el director, quien aprovechó unos hechos reales acaecidos en Kansas City para incluirlos en la película.

Bousman no ha tenido empacho en aseverar que siempre ha sentido "fascinación por lo macabro" y por las películas de terror, y ha añadido que en "Mother's Day" quería "mostrar hasta dónde llegan las personas para sobrevivir y para salvar a su familia".

El rodaje fue complicado porque "había muchas personas en un espacio muy cerrado, aunque eso también permitió que se establecieran vínculos entre todos ellos", ha apuntado el director.

Incluso los miembros del equipo fueron confundidos una noche con unos atracadores que "trabajaron" junto al set de rodaje, unos hechos que quedaron grabados y ahora Bousman espera añadir en el DVD sobre el "making-of" de la película.

Por otra parte, Darren Bousman ha avanzado que empezará a rodar en Barcelona su nueva película "Eleven, eleven, eleven", otro filme de terror psicológico y violento.

Para él, España sólo le comporta buenos momentos. "Aquí pedí en matrimonio a la que ahora es mi mujer, aquí estrené una de mis películas y ahora empiezo otra. Estoy muy encariñado con este país", ha enfatizado.