Giner Infreqüent es el primer fruto de la investigación sobre Salvador Giner que la Universitat de València desarrolla desde 2003 a partir de los fondos del compositor depositados en la Societat Coral El Micalet y con financiación del ayuntamiento de la ciudad (alrededor de 120.000 euros en este periodo). El disco, presentado ayer, reúne cuatro obras inéditas del padre del nacionalismo musical valenciano que revelan que sabía hacer algo más que poemas sinfónicos de corte patriótico.

¿Quiere alguien saber hasta qué punto Giner es desconocido? El musicólogo Vicente Galbis, responsable del proyecto de investigación, zanja rápido la cuestión: "Hizo unos 400 obras y se conocen normalmente de cinco a diez. Creo que está todo dicho".

La mayor parte de ese fondo documental se conserva en la Societat Coral El Micalet -lo cedió uno de los herederos-, pero el trabajo de catalogación ha sacado a la luz más de medio centenar de otras partituras de Giner (copias, en todo caso) localizadas en otras ciudades, como Barcelona y Madrid.

Galbis no tiene duda alguna de que el resultado de este proyecto -finaliza este año, justo de cara al centenario de la muerte del músico en 2011- es "una nueva visión" del autor. De ser un compositor de pocas obras, dice, pasará a ser "un autor prolífico que tiene de todo, desde canciones para niños a óperas de cuatro horas". Sin olvidar, añade el profesor, las "muy interesantes" zarzuelas en valenciano.

La imagen que se perfila es asimismo la de un músico plenamente del siglo XIX, que tiene las mismas preocupaciones e inquietudes que otros compositores europeos de su época. "No va por detrás de su tiempo" sentencia.

Salvador Giner (1832-1911) es celebrado habitualmente por títulos populares (Una nit d'albaes y Es xopàÉ hasta la Moma son los más conocidos) y por algunas misas. El disco realizado ahora -participan formaciones musicales de la Universitat y El Micalet bajo la dirección de Cristóbal Soler- ofrece otras facetas de su producción. Se trata de dos piezas sinfónico-corales de tema religioso desconocidas (Te Deum y Salve Regina) -el Requiem por Pascual i Genís y el de María de las Mercedes son las más interpretadas- y otras dos profanas. Estas últimas están alejadas de sus himnos nacionalistas: una es una pieza de tema exótico y americanista (Anacaona. Balada indiana) y la otra es medieval arabizante (El adiós de Boabdil). Son todos temas inéditos y no interpretados desde la época de Giner.

El centenario dejará, si no hay cambios inesperados, otro fruto importante en 2011: la interpretación en versión concierto en el Palau de la Música de la única ópera de Giner (hizo cinco) que no estrenó en vida (l'Indovina). Soler -nombrado hace unos días nuevo director musical del Teatro de la Zarzuela de Madrid- es el encargado de la edición crítica de esta obra. Curiosamente, la obra citada (con libreto de Solera, el de Nabucco, de Verdi) es de las primeras del autor valenciano y, según explicaba Soler ayer, "la que en su correspondencia de los últimos años dice que es la mejor".