Mónica Ros

valencia

La cuenta atrás para el festival de rock que más público congrega ya ha comenzado. La cita es en Villarrobledo (Albacete), dura tres días (29 y 30 de abril, y 1 de mayo) y contará con las actuaciones de más de cien grupos en directo distribuidos en siete escenarios.

El festival y la Comunitat Valenciana sostienen una estrecha vinculación desde el primer día. Por ello, cada año, miles de valencianos viajan a Castilla La Mancha para asistir al único festival de rock que mantiene una fiel puesta por grupos nacionales y sobrevive a la crisis ampliando las instalaciones y mejorando una zona de acampada prevista para 70.000 personas. Por el momento, la organización (Producciones Artísticas Orange SL) afirma que más de 12.000 valencianos ya han comprado su entrada anticipada. Los rezagados pueden adquirirla ahora por 70 euros. En taquilla costará un poco más (85 euros).

Cada año desde hace 16, un río de valencianos decide asistir al festival manchego por diferentes motivos, entre los que destaca la ausencia de conciertos de música rock en la Comunitat Valenciana, la cercanía de la comunidad autónoma vecina y la posibilidad de disfrutar de tres días de música, y diversión en un ambiente diferente y al aire libre. Y es que el que lo prueba, repite.

Pero la presencia valenciana no solo destaca en el público asistente, ni mucho menos. Este año, al menos nueve grupos son de la Comunitat Valenciana -Transfer, Banda Jachís, Sujeto K, El Mundo de Wayne y Los chikos del Maíz, además de los responsables de varios de los conciertos "tributo" como Ramons, Devòlver u Overdose-, o cuentan con valencianos entre sus líderes, como Cookin' Bananas o Spanish Reggae Showcase.

Y por si fuera poco, la productora, también es valenciana. Producciones Artísticas Orange SL se encarga del festival desde hace cuatro años tras el litigio que mantuvo -y ganó- el Ayuntamiento de Villarrobledo con Matarile, otra productora valenciana, por el nombre y ubicación del festival.

Ahora bien, tras los diversos avatares vividos (crisis económica incluida) el Viñarock sobrevive -cual pueblo galo que resiste al invasor- como una experiencia única, que se vive una vez al año, y que muy pocos se quieren perder. Esa es la clave de su éxito. La cuenta atrás ya ha comenzado. El festival manchego calienta motores.