En un momento en el que se reclama austeridad y cuando la crisis ya sobrevolaba las cabezas, el Ayuntamiento de Valencia decidió contratar a Salomón Castiel como nuevo responsable de la Fundación Municipal de Cine y de la Mostra de Valencia con unos emolumentos personales que rondaban los cien mil euros anuales. La cantidad está por encima de lo que cobra cualquier técnico de la administración municipal.

Castiel llegaba a la Mostra desde el Festival de Málaga donde, en colaboración con Antena 3, había consolidado un certamen dedicado al cine español. El ayuntamiento no llegó a buscar internamente. De hecho, Castiel se había pedido un año sabático y aceptó la propuesta porque el consistorio le aceptó todas sus condiciones sin rechistar, hasta no residir en Valencia o venir de vez en cuando.

Eso sí, recibió las órdenes de la alcaldesa, Rita Barberá, y de su vicealcalde, Alfonso Grau, de renovar el festival y darle un nuevo aire, algo que sus predecesores en el cargo, como unos sueldos muy inferiores al de Castiel, no habían conseguido.

Castiel permaneció dos años en la Mostra y le dio su aire. Cambio sus fechas, anuló la primera de las galas que tanto le gustaban a Barberá lucir en el Palau de la Música junto a la estrella de turno- este año fue obligado a volverla a celebrar en el auditorio rodeado de la habitual pompa- y se rodeó de un equipo en su mayoría foráneo de más de una docena de personas.

La última edición de Castiel trajo más cambios: desde el cine de acción hasta el batiburrillo. Pero el día de la gala inaugural parecía no participar de la fiesta de la alcaldesa y sus invitados. De nuevo se había recurrido a la contratación de una artista invitada-Daryl Hannah- y el público no respondió. Más de tres millones de euros habían volado en un año.

Castiel delegó la gran parte de la organización del festival en un equipo que viajaba a los festivales por él y le organizaba las actividades. Él sólo coordinaba.

Hasta que llegó una nueva oferta de Málaga para hacerse cargo del área de cultura de su diputación y un sueldo de 95.000 euros anuales. Aquí no quería seguir. Lo sorprendente es la salida de la alcaldesa después de la inversión realizada en el festival y los millones que ha gastado en él. Más que nada porque la Mostra y el Palau de la Música eran sus únicas bazas culturales y el festival daba para foto con cargo al contribuyente.

El festival de 2012 estaba cerrado y comprometido

El hasta hace unos días asesor artístico de la Mostra y ex director del festival, Salomón Castiel, tenía la nueva Mostra ultimada y comprometida, según ha revelado él mismo. El evento, previsto para primavera, iba a contar con homenajes "con fecha cerrada" a Sigourney Weaver, Richard Donner y Mika Kaurismaki; conciertos dedicados a Bernard Herrman y John Williams; un encuentro que conmemoraba los 30 años de "Blade Runner", más una serie de películas "ya cerradas" procedentes del Festival de Toronto. "Sin olvidarme de una serie de actividades que se iban desarrollar desde octubre hasta marzo": "Trash entre amigos", con Nacho Vigalondo; una extensión del Festival Phenomena de Barcelona y acuerdos cerrados de colaboración con la FNAC. Esto deja a la vista que el cierre de la Mostra se decidió con precipitación y a sabiendas de los compromisos. Para Castiel, el Mediterráneo no era una especialización, sino un simple complemento del festival.