La tabla de la capilla de la Catedral de Valencia que mantiene el Capítul dels Cavallers del Centenar de la Ploma también es cuestionada por los representantes del Consell Valencià de Cultura (CVC). La pintura, realizada a finales de los años setenta, es una imitación de la pieza central del retablo del Centenar de la Ploma de Marçal de Sax que se expone en el museo Victoria & Albert de Londres, aunque introduce jugosos cambios, tal como publicó Levante-EMV el pasado domingo: la Senyera de Aragón (las cuatro barras rojas sobre amarillo sin azul alguno) desaparece de las gualdrapas y las vestimentas de los personajes principales, ya que tanto Sant Jordi, que pasa a ser el protagonista, como Jaume I visten el hábito blanco con la cruz roja de Sant Jordi. Para el secretario del CVC, Jesús Huguet, se trata de una "tergiversación histórica" que convendría subsanar.

"Manipular la historia nunca es rentable, porque esta sobresale siempre al final, más pronto o más tarde", manifestó el representante del CVC a este diario.

El cambio parece relacionado con el contexto de la creación de esta imitación: los años de la llamada batalla de Valencia, en la que los símbolos y la lengua fueron el eje del enfrentamiento. En este conflicto, la entidad que encargó la pieza ha tenido una orientación muy definida hacia el denominado valencianismo tricolor (por la defensa del azul de la bandera; de ahí el calificativo también de blavero). El lugarteniente general del Capítul del Centenar de la Ploma es Pascual Martín Villalba, expresidente del Grup d'Acció Valencianista (GAV).

No obstante, la entidad y el autor de la pintura han negado cualquier intención política en el cambio. Según este último, Josep Rodríguez Sambonet, se trataba tan solo de otorgar mayor protagonismo a Sant Jordi, teniendo en cuenta que era el patrón de la antigua milicia urbana y es el del actual Capítul.

Destapada la alteración del original, el deán de la Catedral de Valencia aseguró a este periódico que ya está en estudio qué hacer con la citada tabla.

En opinión del secretario del Consell de Cultura, "lo mejor sería realizar una reproducción adecuada", porque "tergiversar la historia es lamentable y engañoso". Aunque "lo mejor de lo mejor", comenta con una sonrisa, "sería recuperar el original".

No es que no se haya intentado. Tanto la embajada española en Londres como el propio expresidente del Consell Francisco Camps -realizó un viaje secreto con ese fin- han llevado a cabo gestiones. Incluso se llegó a avanzar en un posible trueque por el testamento espiritual que Tomás Moro escribió durante su encierro en la Torre de Londres, propiedad del Real Colegio del Corpus Christi de Valencia. Sin embargo, las negociaciones -en las que participaron Fernando Villalonga o Eduard Mira- nunca han dado sus frutos.

El debate sobre la polémica tabla, que ha pasado extrañamente inadvertida durante tres décadas, llegará al seno del CVC, ya que Huguet adelanta que pedirá incluir el asunto en la agenda de alguna de las comisiones del órgano de consulta.