El tebeo que inmortalizó el valenciano Miguel Ambrosio Zaragozá, según un mediocre e inseguro argumento y peor guión (a mí todos los guionistas con los que he trabajado, desde Federico Amorós -acuarelista y escritor- me han dejado el camino libre para interpretar su trabajo", según decía y dejé escrito, el propio Ambrós. Igualmente he dejado reflejado en cartas publicadas en Comicguia (visitar la Biblioteca Valenciana) y otros medios de comunicación, dibujaba para los niños, y creía en ese argumento como de una edad sin dudas.

Asimismo, para mayor claridad resumo lo que está escrito en la entradilla de la historieta y su uso. 1873-2000 Atlas española de la cultura popular: Mora, Víctor (Víctor Mora Pujadas. Barcelona, 1931. Guionista, dibujante traductor, periodistaÉ Etc. "Pero se estableció como guionista de fecunda y popular imaginación, aunque repetitiva y tendente al autoplagio. (sic)"

El éxito, como vengo diciendo todos estos años, fue del valenciano Ambrós, el cual valencianizó su apellido, después de crear con Amorós El jinete fantasma, en 1946.

Diez años más tarde, cuando la censura, el cansancio y los problemas con la Editorial Valenciana, hicieron que El guerrero del antifaz, la obra en serial en tebeos con mayor tirada reconocida y escondida (hasta los años 70 se podía completar la colección con diferentes precios en portada) hicieron que Ambrós con su mágico arte, sobre todo en la conexión entre viñetas, flexibilidad y soltura gráfica, ya en su mejor momento después de su trabajo para la grafiada en el mencionado El jinete fantasma, irrumpió en los kioscos, lleno de frescura, de talento y arte gráfico por doquier, bien con conjunto o por separado, consiguiendo un público ya un poco apático, pues 1956 era la época ñoña del tebeo español, renaciera aceptando a un patriotero español acaparando el bienestar de los 60, y que en vez de Arroz y tartana, empleaban el 600 y la tortilla de patatas.

La Editorial Bruguera que no se perdía una, sacaba Sissi, y este cruzado mercenario estaba en la cruzada matando moros a diestro y siniestro bajo el dibujo del comunista don Miguel Ambrosio Zaragozá, quien dejó huella de su talento y socarronería, pensando en los hombres del mañana, después, cuando el éxito era absoluto, un tal señor González le obligaba a usar ayudantes que destrozaban su trabajo, o emplear los rostros, lo que no duró mucho pues, Ambrós, ni corto ni perezoso, mandó al director editorial (?) señor González a "hacer puñetas" (sic) y dejó la editorial.

Trabajó para Inglaterra un tiempo y no mucho más tarde lo reclamó la Bruguera, pero Ambrós ya no quiso tomar, o retomar, El Capitán Trueno, aunque realizó algún que otro episodio y, por otra parte, ilustró algunos libros.

Para la película muy "valenciana" me remito a la clarividencia de Carles Recio, Levante-EMV, viernes 7 de octubre del corriente mes, página 59.

Y en cuanto a soñar despiertos, no nos hace falta los "efectos especiales" de los computers y demás máquinas que ya están en todos los filmes e, incluso, en hogares.

Para terminar quiero dejar constancia de la gran pérdida que fue este serial para profundizar en la historia de España, cosa que no desperdició El guerrero del antifaz, superior en todo: argumentos y temas cruzados y con un motivo para matar, para vengar a su madre violada.