El escritor valenciano Ferran Torrent explicó ayer que su nuevo título, Ombres en la nit, una trepidante historia de espionaje que transcurre en la Europa de los años cuarenta, no es una obra "estrictamente histórica, sino que debe verse como una novela de acción que incorpora reflexiones".

Torrent rememoró ayer que empezó a gestarla hace más de dos años cuando releyó El hombre en busca del sentido último, de Viktor Frankl, e impresionado pensó que podría armar un artefacto literario en el que aparecieran cuestiones como cuánto tiempo se puede odiar o sobre la violencia y la venganza.

Tras darle algunas vueltas, consideró que la mejor época para poder tratar estos temas sería el post-Holocausto"y uno de los hilos conductores del relato, un gitano superviviente de Dachau, antiguo militante del Partido Comunista, de nombre Santiago Cortés y origen valenciano.

Además, en el año 1947, en su opinión, "las posiciones de unos y otros se van definiendo y es también una buena época para tratar sobre la posguerra española".

En Ombres en la nit (Sombras en la noche), publicado por Columna, aparecen varios escenarios de la Europa de finales de los años cuarenta, desde Viena a Valencia, personajes que han sufrido en primera persona la persecución nazi y otros que forman parte de la Nakam, una organización clandestina contra los nazis.

Torrent, que ya dio un giro en su trayectoria con su anterior novela Bulevard dels Francesos, pide al lector que no identifique al narrador de su obra con él, porque se trata de dos entes diferentes. "El narrador -dijo ayer- tiene su propio pensamiento, mientras que a mi me resultaría muy difícil olvidar si hubiera vivido un episodio como el de Cortés en Dachau".