El Institut Valencià de la Música (IVM) ha recibido la donación del legado del músico valenciano Antonio Pérez Aleixandre (1882-1959, miembro destacado de la animada escena musical valenciana de las primeras décadas del siglo XX, vinculado a diferentes orquestas y grupos de cámara. El fondo incluye varias partituras editadas en Valencia o Madrid y abundantes manuscritos de obras inéditas, programas de mano, carnets de la asociación de profesores de orquesta, fotografías, así como correspondencia del músico con la SGAE en distintas etapas de su historia y con alguno de sus discípulos.

Todo este material permitirá a los investigadores avanzar en el conocimiento del ambiente musical valenciano de comienzos del siglo XX, sobre el que falta un estudio de conjunto. El legado ha sido cedido por la sobrina nieta de Antonio Pérez Aleixandre, en nombre de su tía e hija del músico, Mª Desamparados Pérez Soler. Pérez Aleixandre, discípulo de Salvador Giner, fue intérprete y profesor de viola, además de compositor. A comienzos del siglo XX participó activamente en el movimiento encaminado a dotar a Valencia de una orquesta profesional estable, entonces inexistente. A partir de 1915 fue uno de los impulsores de la recién creada Orquesta de Música de Cámara, que dirigió López-Chavarri, y luego intervino en la fundación de la Orquesta Sinfónica de Valencia (1916) y de distintas agrupaciones artísticas y sindicatos profesionales. En 1909, Pérez Aleixandre formó parte como secretario del comité que decidió las actividades musicales de la Exposición Regional. A su lado como docente aprendieron, por ejemplo, Arturo Llácer Pla y un jovencísimo "Joaquinito Rodrigo". A este último está dedicada una de las partituras manuscritas legadas al IVM y fechada en 1913, cuando el compositor saguntino contaba 12 años y se iniciaba en el violín.