Las cuentas de la Fundación La Luz de las Imágenes son un pozo de sorpresas. La entidad no sólo arrastra un déficit próximo a los 14 millones de euros, como adelantaba ayer Levante-EMV, sino que sus facturas presentan diversas irregularidades.

Así, en un 54% de las facturas revisadas en la auditoría realizada por la Sindicatura de Cuentas de la propia Generalitat con respecto al ejercicio de 2010 se han detectado singulares puntos negros, ya que en ellas «no consta la conformidad con el servicio prestado o el bien recibido». Además, en un 39% de las mismas, o bien no figuraba una descripción suficiente del concepto facturado o bien no existía un detalle de los precios unitarios de los diferentes conceptos que la conformaban. Todo ello se completa con que en el 31% de las facturas analizadas faltaba incluso la fecha de registro de entrada en la propia Fundación.

Todos estos datos no hacen sino cuestionar la forma en que la administración ha venido gestionando una fundación cuyo único objetivo ha sido la de restaurar bienes eclesiásticos de la Comunitat Valenciana, muebles e inmuebles, con el objeto de organizar en torno a ellos exposiciones para su puesta en valor. La Fundación fue creada en marzo de 1999 y constituida como principales valedores por la Generalitat Valenciana y RTVV y en menor medida por fundaciones de carácter privado o el Arzobispado de Valencia.

Pero además, la Fundación también toleró sobrecostes que superaron el 70% sobre el precio acordado. Y como ejemplo, la Sindicatura cita la realización de un gasto en concepto de equipamiento para rodajes audiovisuales de la exposición La Gloria del Barroco, celebrada en diversas iglesias de Valencia, cuyo importe total se elevaba a 85.150 euros más IVA, lo que superaba en un 72% la cantidad contratada inicialmente sin que en el expediente quedaran «justificados de forma adecuada y suficiente los motivos» que dieron lugar al incremento del precio.

El informe también analiza algunos contratos de obras sobre los que destaca que en ninguno de los revisados constaba el informe sobe la necesidad e idoneidad del contrato, requisito esencial; que algunos se habían efectuado fuera de plazo e incluso no se habían inscrito en el Registro Oficial de Contratos de la Generalitat, entre otras singularidades.