La pianista madrileña Rosa Torres- Pardo es una muy premiada concertista internacional que desde su debut en el teatro Real de Madrid, en 1987, no ha dejado de mostrar una amplia curiosidad artística.Ahí están sus colaboraciones con varias cantantes, con el actor José Luis Gómez, la bailarina Lola Greco y el pintor Eduardo Arroyo, quien creó en 1998, en el leonés Robles de Laciana, el original festival «Encuentros con Rosa Torres- Pardo». Suyo es el proyecto inicial de «Música callada, la vida rima».

-Háblenos de la génesis del espectáculo.

-Inicialmente era algo más inspirado en San Juan de la Cruz y Mompou. Después, conAna Belén, con García Montero, con quien he colaborado otras veces, así como con José Carlos Plaza, la idea fue transformándose y hemos llegado a esto. Plaza nos ha prohibido decir que es un concierto; podemos decir que es un espectáculo de cámara.

-¿Qué tal la colaboración con Ana Belén?

-Es cierto que venimos de mundos distintos, aunque siempre he admirado su voz, ese registro tan amplio. Sin embargo, hay algo común, un territorio en el que nos encontramos, que es la música. Y, además, es una gran actriz. En el espectáculo hay un poco de todo, desde Fauré a una nana de Lorca.

-¿Hay un diálogo entre las composiciones musicales y los poemas?

-Sí, igual que la música de Mompou se vincula con los versos de San Juan de la Cruz, pues Cernuda alude a Mozart ya al principio. Desde ese momento nos preguntamos por el sentido del arte. Con ese hilo conductor llegamos a Bartók. Se establece ese diálogo entre la música y los poemas. No hay tiempo para el aburrimiento, porque el público va de sorpresa en sorpresa.

Los más desinformados vienen a escuchar «La puerta de Alcalá» y se encuentran con el «Tango» de Stravinski, pero muy bien. Es un espectáculo para un teatro como el Jovellanos: requiere cierta intimidad. Para mí es importante que el público más despistado entre en nuestra propuesta, y creo que lo conseguimos en la mayoría de los casos.

-¿Qué tienta a una concertista en un espectáculo de este tipo?

-Seguir aprendiendo, interactuar y probar en otros terrenos de la interpretación. Me gusta la libertad de hablar con el público, romper la distancia. Y, además, la poesía es la música misma, así que disfruto mucho de esa riqueza.