«El zoo de cristal»

teatro talía

De: Tennessee Williams. Int: Josep Manuel Casany, Pilar Martínez, Alejandra Mandli, Àngel Fígols. Músico: Miquel Marín. Espacio Escénico: Luis Crespo. Iluminación: José Martín, Dirección: José Luis Sáiz. Producción. Saga- Zirco.

Una pregunta surge al revivir esta primeriza obra de Williams, con tintes autobiográficos: ¿Qué tiene el texto para que le diera fama mundial a su autor, y para que siga siendo considerado una de las piezas claves del teatro contemporáneo? La atracción que pueda seguir ejerciendo la pieza me parece más significativa que el drama en cuestión.

La respuesta llega al observar, rápidamente, unos radiantes personajes, perfectamente construidos. Tanto en su forma como en su contenido, uno percibe el impulso urgente del autor por expresar abiertamente todo lo que siente a través de sus criaturas de cristal. Williams era un romántico, y una de las características de los románticos es su necesidad imperiosa de darse a conocer. Y al mismo tiempo pide a los espectadores que se reconozcan en los personajes. Los presentes nos hablan directamente sobre el impulso que les hace vivir su fragilidad y temores. El autor sigue pidiendo una mirada comprensiva con ellos.

Cuatro seres escénicos de distintas tonalidades, conducidos por José Luis Sáiz en una puesta en escena real y poética, pulida, clarividente, contenida; agradable de ver y de vivir. A ello contribuye la música en directo y una escenografía que ayuda al ambiente claustrofóbico. Un espacio que cuenta con algún detalle, el efecto de la lluvia, y algún símbolo, esa larga escalera que, me da la sensación, separa a los personajes del soñado futuro. El elenco valenciano se adhiere, con buena letra, a estos personajes. Pilar Martínez construye su Amanda encontrando un buen tono para esa madre pesada, dominante, equivocada, adorada. Alejandra Mandli nos ofrece una creíble Laura, lo mismo que Josep M. Casany (Tom), quien baila, con su habitual talento, entre sus ansías del libertad y su afecto a su gris existencia. Aunque, quisiera destacar la notable naturalidad de Àngel Fígols (Jim), el otro vértice de este cuadrado bien avenido, de esta solvente producción valenciana.