La muestra 'Picasso. El eterno femenino' desvela la búsqueda incansable del universo de la mujer que llevó a cabo el artista malagueño a lo largo de su carrera pictórica. La Fundación Canal de Madrid exhibe un total de 66 grabados que Pablo Picasso dedicó a la mujer entre 1927 y 1964, y que podrán verse desde este jueves hasta el 8 de abril.

Esta exposición toma su título de una expresión pronunciada por Goethe, que es como el literato alemán se refirió a la idea de belleza. Según ha indicado este miércoles el director de la Fundación Picasso, José María Luna, en estas piezas se observa cómo el pintor aúna a la madre, la amante y la compañera en su obra, un universo femenino que ocupa gran parte de su producción artística.

Picasso (Málaga, 1881- Mougins --Francia--, 1973) pasó su infancia rodeado por su madre, su tía, su hermana y su abuela, un ambiente en el que se forjó su curiosidad constante por el universo femenino que plasmó en sus cuadros desde "muy distintas perspectivas", en palabras de Luna.

Por ello, esta muestra se detiene en 14 enfoques diferentes para acercar al visitante a las múltiples visiones con las que Picasso captó la fisionomía y la intimidad de la mujer: desde el cubismo, el retrato cortesano, desde edades opuestas y en su papel de observada y observadora.

Muchos de estos retratos no tienen firma, algo que, más allá de provocar sospechas, confirma la garantía de sus obras. "Picasso nunca firmó una obra hasta el momento de venderla, por lo que las piezas que se exponen aquí probablemente las tenía reservadas para sí mismo o bien pertenecían a la colección de su editor", explica Luna.

El director de la Fundación Picasso recuerda que el artista malagueño retrata a la mujer principalmente de tres formas: desnuda, sentada o recostada. Además, añade que en muchas de sus manifestaciones se observa el recuerdo de Ingres en sus líneas, la herencia del pintor por la pureza de la línea.

A pesar de crecer y vivir rodeado de mujeres, su mundo interior fue un ámbito al que siempre quiso tener acceso. En esta exposición se incluyen varias piezas, bajo el epígrafe 'Misterio y silencio', con las que el pintor trata de acercarse y de desvelar el aura que rodea al otro sexo. Ejemplos de ello son 'Françoise sobre fondo gris' o 'Carmen', un ejemplo de "cómo se puede hacer tanto con tan poco", en palabras de Luna.

El retrato es una de las vías de exploración más recurrente del pintor, con la que logra dotar de energía a las mujeres que reproduce. En el caso de Françoise Gilot, compañera de Picasso y madre de dos de sus hijos, revela un carácter sereno, enigmático y desafiante, mientras que Jacqueline Roque, su última compañera y esposa, muestra un perfil elegante.

Por otro lado, la sección 'La herencia del Renacimiento' resucita las formas elegantes de retratos de mujeres, algunos reales pero también inventados. En ellos se aprecia la serenidad y armonía de los rasgos que se traduce en una idealización de la mujer y una celebración de la belleza.

La dimensión femenina también protagoniza su vertiente cubista y en ella aplica sus propios principios. Sus formas se trasladan al papel a través del trazado de líneas sobre fondos negros en algunas ocasiones, aunque también los campos de color delimitan el espacio en combinaciones de masas.