Conociendo la revalorización de la obra de Antonio Tàpies, pero sobre todo el nivel de calidad de las piezas que tiene en sus fondos del artista catalán el Instituto Valenciano de Arte Moderno, el museo tiene un tesoro. Probablemente muchas de las mejores obras que conservan de él los principales museos del mundo, y muy por encima del propio Reina Sofía.

Cómo se llegó ahí es fruto de los orígenes del IVAM que sustentó su colección en tres líneas: Julio González y la escultura moderna, el pop art y los informalistas. Y para ello contó, además, con la colaboración de los propios artistas, como el fue el caso de Tàpies quien escogió él mismo los cuadros que el IVAM debía poseer de él.

Y así es como el museo puede alardear de poseer más de setenta obras del pintor, entre cuadros, obra gráfica y sobre papel e incluso instalaciones como el conocido y polémico armario.

Dos semanas después de su muerte, el IVAM muestra de forma temporal seis de esas piezas como homenaje. Son sólo seis pero inmensas, entre ellas, La ligne rouge, que articuló su antológica y dio título a la exposición de Tàpies en el IVAM, Gran paquet de palla oCollage de cabells, en la que el artista incorporó cabello humano para realzar la naturaleza humana.