La segunda planta del ala del Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia donde cuelga la pintura valenciana del siglo XIX y principios del XX sobrecoge al visitante. Si no lo hacen los cuadros de Ignacio Pinazo (como El guardavía), Joaquín Agrasot, Cecilio Pla (destaca La mosca), José Benlliure, Muñoz Degraín o Manuel Benedito, lo harán posiblemente las manchas de humedad y los desconchados que aparecen junto a estas piezas.

La situación no es nueva, se prolonga desde hace años en una zona que en ocasiones ha sido víctima incluso de goteras. La propia escalera de acceso a esta planta acaba en una estructura de hierro que cierra el paso a la parte más elevada y previene ante desprendimientos. La imagen no es modélica y mucho menos atractiva para el "turismo cultural", el concepto que defienden en sus comparecencias los actuales responsables autonómicas.

Esta zona del museo exhibía hasta hace poco los cuadros de Sorolla -justo donde hoy están los de Benedito- que han servido para crear la Sala Sorolla en la planta baja, junto a las tablas góticas.

Ante esta situación -y con una perspectiva de estrecheces económicas para el futuro cercano- el plan que la secretaría autonómica de Cultura tiene encima de la mesa pasa por el cierre de esta segunda planta del ala donde están las instalaciones de la Academia de Bellas Artes de San Carlos.

¿Que pasa con las obras ahora expuestas? La idea es reubicar una parte en otras salas de la pinacoteca (la segunda de España, como se suele decir) después de que estas hayan sido aligeradas. El proyecto contempla que las pinturas que se retiren de la exposición permanente puedan formar una muestra que itinere por algunas ciudades.

Con todo, la conselleria quiere esperar a conocer la política del nuevo equipo de Ministerio de Cultura sobre el San Pío V antes de tomar decisiones. Quiere así poder ofrecer "una actuación en bloque" tras saber el margen de compromiso del departamento de José Ignacio Wert, apuntan fuentes de la secretaría.

La postura ministerial se verá sobre todo en los Presupuestos del Estado, que está previsto que se conozcan a finales de este mes. La consellera, Lola Johnson, confía en haber hablado con Wert antes de ese momento, según ha declarado recientemente.

La quinta fase del proyecto de reforma y ampliación del San Pío V fue uno de los grandes focos de conflicto entre Generalitat y Gobierno en la última legislatura, cuando el PSOE gobernaba en Madrid.

La incapacidad para acercar posturas entre Ejecutivo central, autonómico y el Ayuntamiento de Valencia (propietario de una parcela implicada en la ampliación) concluyó de la peor manera posible: con la quinta fase bloqueada y los fondos que inicialmente consignaba el ministerio (4,5 millones en varias anualidades) redirigidos al museo de Menorca -también estatal- para que no se perdieran.