El pleno de ingreso de Consuelo Ciscar y Carles Santos en el Consell Valencià de Cultura (CVC) fue ayer el más polémico de los últimos tiempos y supuso un cambio de rumbo en la actitud del órgano de consulta hacia las cuestiones taurinas. Lo que estaba en juego ayer era si la institución que preside Santiago Grisolía decía sí o no al proyecto de la Generalitat de declarar bien de interés cultural (BIC) inmaterial las corridas de toros y los bous al carrer. Lo que se puso sobre la mesa fue un informe aprobado por la comisión de Promoción Cultural que era desfavorable a las intenciones del Ejecutivo. Y lo que sucedió fue que el pleno tumbó este documento por once votos contra ocho (de los 21 miembros faltaron en el momento de la consulta -secreta y con papeletas- Santos y Enrique García Asensio, que no acudió al pleno).

¿Qué significa el no al informe? En la práctica, que el CVC da luz verde a la Generalitat para declarar BIC los bous al carrer sin decir sí a esta tradición. Los tres meses que tiene el órgano consultivo para responder a las peticiones del Gobierno autonómico vencen el próximo 6 de junio, de manera que no hay tiempo material ya para elaborar otro documento, que tendría que pasar por la comisión de gobierno y el pleno, que no tienen reuniones previstas antes del 18 de junio. Así pues, el silencio administrativo del CVC vale como un sí al proyecto a efectos legales.

Voto particular de los derrotados

"La jugada es perfecta", comentaban ayer algunos de los ocho consejeros que votaron contra los bous al carrer y que firmaron un voto particular, que registrarán hoy, con el texto del informe rechazado. Los ocho son Vicente Muñoz Puelles, Glòria Marcos, Elena Negueroles, Ana Noguera, Francisco Moreno, Josefa Frau, Vicente González Móstoles y Jesús Huguet. Para situarse: todos designados por PSPV y EU salvo Negueroles (PP), declarada defensora de los derechos de los animales en el CVC (incluso amagó con una dimisión por este asunto hace unos años).

Lo curioso del caso es que el informe había sido aprobado con solo el voto en contra de Vicent Farnós y la abstención de Ricard Bellveser en la comisión de Promoción. Ello indica, agregaban los del voto particular, que ayer algunos cambiaron la orientación de su voto. "Ha funcionado el silbato", destacaban, interpretación que alguno ligaba incluso al aterrizaje de la directora del IVAM.

No obstante, existían ya indicios de que el informe molestaba internamente. Así, no fue incluido inicialmente en el orden del día de la última comisión de gobierno, sino que se tuvo que reclamar que se metiera ante el "olvido".

Fue Bellveser quien hizo de portavoz de los contrarios al informe en el pleno. Con un tono elevado y duro, calificó el documento de "tramposo" por "solo ver las cosas de un lado" y propuso un documento alternativo -que quedó en nada por improcedente- que venía a decir que el CVC no podía tomar postura en un tema que divide a los valencianos. Agregó que la institución no lo soportaría "en este momento" y que marcaría "un antes y un después". En esto le dio la razón Marcos, encargada de la réplica, quien subrayó que "lo tramposo es inhibirse, pues supone decirle que sí al Consell", como finalmente sucedió.

El resultado de la votación implica además un viraje en la posición del CVC sobre los asuntos taurinos. La misma entidad aprobó en 2009 un informe contra el bou embolat en el que abogaba por restringir los bous al carrer a los municipios con larga tradición. Y en noviembre de 2010 rechazaba el BIC para la entrada de toros de Segorbe y se posicionaba en general contra la fiesta. El propio Grisolía se manifestó personalmente contra proteger los bous al carrer en marzo pasado. Su voto ayer fue otro, sin embargo.

Farnós y Ramón de Soto alegaban ayer que el texto presentado ahora no estaba "suficientemente consensuado" y que la composición no es la de antes. Habrá que ver si en el futuro caben las posturas contra el Consell o ya no.