La Generalitat podrá declarar los toros y los bous al carrer bien de interés cultural inmaterial (BICI). La Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir dio ayer el sí al proyecto y ello permite al Gobierno de Alberto Fabra superar el trámite legal de los dos informes favorables de instituciones consultivas. Realmente, el Consell solo cuenta hasta el momento con el voto explícito a favor de la citada institución privada, pero a efectos administrativos le vale el silencio del Consell Valencià de Cultura (CVC), donde la mayoría de designados por el PP logró bloquear un pronunciamiento en contra.

El documento de la Universidad Católica ha sido elaborado por el decano de la Facultad de Derecho, José Vicente Morote, y el director del Instituto de Antropología del centro, Pablo Vidal. El texto incide en argumentos legales y culturales -no éticos o animalísticos- para concluir favorablemente a la declaración como BIC de las corridas de toros y los bous al carrer, actividades consideradas "manifestaciones artísticas y culturales". Ambas son tratadas de manera unida e inseparable en todo el informe.

Dado que se trata de declarar un nuevo bien de interés cultural valenciano -y no estatal-, los profesores de la Católica inciden en las especificidades de los toros como "parte de la cultura valenciana", explicó ayer Morote a Levante-EMV. En este sentido, destacan las "características propias y mediterráneas" de la fiesta en la C. Valenciana, como su "público alegre, más festivo y menos exigente" a la hora de repartir orejas, en comparación con otros territorios. El uso de caballos de tiro y arrastre y no de mulillas en plazas como Valencia o Xàtiva es otro factor diferencial que se señala.

Bajo el paraguas de Cultura

La adscripción actual de los toros al Ministerio de Cultura -antes dependía de Interior- y el hecho de que toreros reciban medallas de Bellas Artes son elementos que se alegan también para justificar el reconocimiento cultural de los toros.

De los informes solicitados por el Consell -la Academia de Bellas Artes de San Carlos ya dio su opinión contraria a la declaración-, falta el de la Universitat de València, que ha decidido esperar al último suspiro para manifestarse (el plazo de tres meses finaliza mañana). En todo caso, su informe -presumiblemente negativo- es ya intrascendente en la práctica.