«Xàtiva se ha convertido en la reserva musical de la cultura valenciana. Es la patria de Raimon y Feliu Ventura, del increíble fenómeno Botifarra, y también de unas albaes únicas en el territorio valenciano: improvisadas sin versaor y con una dosis de ingenio y sátira que conecta con los orígenes del género». Con semejante declaración de intenciones, no es nada extraño que el periodista Paco Cerdà y la filóloga Purificació Mascarell hayan dedicado un libro al cant d´albaes de la capital de la Costera. Sí que es extraño que se trate del único; del primero. El cant socarrat. Les albaes de Xàtiva (Obra Social de Caixa Ontinyent) documenta las albaes y eleva a los altares del canto tradicional valenciano a los cantaors locales Roca, Óscar Roca, Gachi, Poma y Gallo.

En Xàtiva es tradición €bien que reducida a un grupo de fervientes seguidores€ acercarse a la plaza de Sant Pere (antes al cercano Carrer Puig) la noche del 14 de agosto, con la Fira d´Agost recién inaugurada, y esperar a que un grupo de cantaors dedique unas albaes elogiosas a la Reina de la Fira. Hecha la pleitesía, el tabal y la dolçaina marcan un desfile por las calles del barrio en el que los cantaors afilan la lengua. Canta uno, suena de nuevo la música; contesta el aludido; quizá le contrarreplica el primero€ El espectáculo está servido. Y si están con ganas, la cosa puede superar las cinco de la madrugada. La cantà se repite la noche del 19 al 20, en el barrio de l´Hort de Mora.

Cerdà €redactor de Levante-EMV€ y Mascarell aseguran que «nadie sabe cómo evolucionará la cantà, y ahí reside su principal gracia. Es el secreto del canto improvisado, extendido por todas las culturas con variadas características. «Si diéramos la vuelta al mundo €insisten€ encontraríamos al cantaor d´albaes valenciano bajo la forma del improvisattore d´ottavine, en la Toscana italiana; el pytaris chipriota, el rimadoros de Creta€», añaden.

Según los autores de El cant socarrat, en el territorio valenciano esa similitud con los cantos improvisados tomó el camino de la diferenciación con la división de funciones: el versaor y el cantaor. El ingenioso y el talentoso de la melodía. «Uno tiene la gracia y la imaginación, y el otro pone el virtuosismo; las filigranas vocales». Si ésa es ya una diferencia importante, el rizo de la diversidad lo riza Xàtiva. Mascarell y Cerdà lo llaman «la excepción socarrada» y explican que tanto en la antigua versà €una concatenación de albaes€ como en las albaes de las fiestas de calle o de la Fira d´Agost, versaor y cantaor son la misma persona. Puede que la rima se resienta o que la albà mejorase con unos minutos más de preparación, pero la autenticidad de la réplica casi inmediata €inmisericorde, a veces€ enamora a los seguidores.

Protagonistas, los «cantadors»

La fotografía €un pulcro reportaje en blanco y negro tomado en las albaes de 2010 y 2011, obra de Pedro Talens€ redondea el apetitoso contenido del libro de Mascarell y Cerdà, autores también al alimón en 2009 de La revolució va de bo! (PUV) sobre la modernización de la pilota valenciana. Los cinco cantaors de Xàtiva están tratados de manera diversa. Así, Gallo es entrevistado; Poma tiene un perfil, Gachi cuenta su vida en un monólogo; Óscar Roca desgrana su visión de la albà en un diccionario, y a Roca se lo radiografía en un romanç. El libro se presenta el próximo sábado día 11 en la Casa de la Cultura de Xàtiva (20 h). No faltará una cantà d´albaes. Se venderá ese día (5 euros) y durante toda la Fira en la caseta de Caixa Ontinyent.