Director de la versión española de "Le Monde Diplomatique" y catedrático en la Universidad Diderot de París, Ramonet es uno de los comunicadores más influyentes. El próximo día 17 intervendrá en el foro social del festival Rototom en Benicàssim para debatir las claves que pueden hacer que otro mundo más justo sí sea posible.

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?¿Es la crisis económica el fin del supuesto Estado del Bienestar en Occidente o una oportunidad de cambio hacia otros modelos con más justicia social?

La crisis que atravesamos tiene responsables. No es una consecuencia de la fatalidad, ni tampoco una evolución natural de la economía. Los responsables son conocidos y están identificados. Hay, por una parte, un causante intelectual principal: la escuela neoliberal que afirmó que el mercado siempre tiene razón y que hay que desreglamentar para permitir a los mercados financieros (o sea a los especuladores) actuar como les dé la gana sin ningún tipo de traba. También son responsables los políticos (de izquierda y derecha) que favorecieron el acceso al poder hegemónico de esa ideología como pensamiento único. Y por ultimo, obviamente, los actores concretos: los banqueros y los agentes financieros que, enloquecidos de codicia, se lanzaron a una demente especulación con el dinero de los ciudadanos. Y perdieron.

¿Van a rebelarse los ciudadanos contra el modelo?

Uno de los objetivos del neoliberalismo es el desmantelamiento del Estado. Por eso, gracias a la crisis, se trata ahora de desmantelar el Estado de Bienestar. Pero, ¿lo aceptarán los ciudadanos ? ¿Se producirá un incendio social ? En América Latina, después de un período furiosamente neoliberal en los años 90, nuevas mayorías han permitido que gobiernos progresistas estén ahora reconstruyendo con creces un Estado de Bienestar y justicia social. ¿Asistiremos a lo mismo en Europa? No es imposible.

¿Vamos hacia un choque o hacia una alianza de civilizaciones?

No se puede hablar ni de choque ni de alianza. En realidad asistimos a una compenetración suave, poco conflictiva, de las civilizaciones. La universalización de los valores éticos y morales cada vez se discute menos. El mundo se desoccidentaliza y es cada vez más multipolar. China aparece, en principio, como la gran potencia en ciernes del siglo XXI, aunque coexisten en su seno el capitalismo más salvaje y el comunismo más autoritario. La tensión entre esas dos fuerzas causará, tarde o temprano, una fractura. El péndulo había ido demasiado lejos en la dirección neoliberal y ahora podría ir en la dirección contraria. Ha llegado la hora de reinventar la política y el mundo.

¿Es posible cambiar un sistema injusto participando en él o hay que salirse del tablero de juego?

Ni lo uno, ni lo otro. Lo que hay que hacer es cambiar las reglas del juego que es donde está el truco. Nuevas reglas es, por ejemplo, nueva constitución que dé más poder a los ciudadanos, garantice más justicia social y sancione a los responsables del naufragio. Los ajustes y rescates actuales demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad.

¿Se han desgastado y esfumado movimientos como el 15-M? ¿Tienen continuidad con una población agotada por la crisis?

El movimiento del 15-M es lo más positivo que ha ocurrido en la política española desde el final del franquismo. Aunque no se ha traducido aún en movimiento político con perspectivas de conquistar el poder, traduce un sentimiento profundo de hartura de la sociedad española. En toda Europa la crisis se está traduciendo en un aumento del miedo y el resentimiento. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas.