Es uno de los grupos más importantes de la escena latina del nuevo siglo. Desde Puerto Rico, Residente (René Pérez Joglar) y Visitante (Eduardo Cabra) pusieron patas arriba la música popular en castellano con un álbum debut homónimo, publicado en 2005, que no solo demostró que el reggaeton era algo más que grosero pavoneo masculino, cuerpos aceitados y gasolina, sino que además acuñó un nuevo término para englobar las nuevas tendencias que surgían del centro y el sur del continente americano: Música urbana latina.

A falta de pocos días para su concierto en el festival Rototom Sunsplash, que marcará el fin de una larga gira europea que les ha llevado a visitar países como Alemania, Holanda, Portugal, Suecia o Francia, Eduardo Cabra atiende una entrevista marcada por el reciente asesinato a balazos, el pasado 9 de agosto, de Roberto Joglar Ríos, tío de René Pérez, su compañero en el grupo.

¿De qué manera afecta un incidente tan dramático a un grupo en gira, cuando está a miles de kilómetros de su país?

En Puerto Rico están matando a mucha gente, hay muchos crímenes pasionales y violencia callejera. Cuando nos enteramos, el impacto fue muy heavy. En el show de esa noche, en el festival Brincadeira (Galicia), cuando tocamos el tema La bala, que condena la violencia, el grupo echó el resto, todo el mundo era consciente de lo que estaba pasando. De alguna manera, fue como un desahogo, y el público también lo entendió así.

¿Creeis en la música como motor de cambio ante la situación sociopolítica global?

Totalmente. La gente está pendiente de lo que se dice en la música, aunque últimamente no se está usando en ese sentido. Se dice cualquier cosa y parece que importa más el chimpún, chimpún. Nosotros tratamos de complementar ambas cosas. Que la música tenga fuerza, pero que también diga algo. Eso no pasa con el cine. Las películas proponen muchos temas diversos, pero en la música, cuando te pasas de la raya, la gente se molesta, los gobiernos te censuran, las radios no emiten tus canciones...

¿Entiendo que criticas la falta de compromiso de la música urbana latina?

Es que las cosas han cambiado. El género urbano se ha convertido en algo más relacionado con la ropa y el corte de pelo, cuando se trata de hablar de las cosas que afectan a la gente. Yo no he dicho eso en mi respuesta, pero es un hecho que ahora importa más la pose. Rubén Blades, por ejemplo, tiene una propuesta urbana, y eso no tiene nada que ver con el género como se conoce.

El del Rototom es vuestro último show en esta gira europea. ¿Será especial?

Ha sido una gira sacrificada, que empezó muy fuerte. Estamos cansados, pero no hastiados. Nos gusta terminar allí porque es un buen festival, con un cartel que incluye a Steel Pulse o Morgan Heritage, bandas que escuchábamos hace mucho tiempo. Nos parece chevere participar en un festival como este.

¿Es en el escenario donde vuestra música adquiere su verdadera dimensión?

Son cosas distintas. El disco es como una banda sonora de película, mientras que en el directo hay otra energía, más rockera, en el sentido de que es una propuesta más áspera. En el disco buscamos que todo suene a la perfección, los conciertos son más directos.

En la foto promocional de la gira apareceis como terroristas. ¿Es como os veis en la escena musical?

Cuando arrancamos con el disco, hicimos un video en el que usamos la idea de las bombas, pero se trataba de que explotaran buenas ideas. De los cartuchos que se fabrican salen flores, letras, cosas positivas. Es un terrorismo que busca el cambio.

Entren los que quieran, vuestro último disco, es de 2010. ¿Estais tocando material nuevo en los conciertos?

No es algo que hagamos con Calle 13. Primero editamos el disco y luego tocamos las canciones en vvio. En grupos en los que estuve anteriormente lo hacíamos al revés.

¿Habrá nuevo disco pronto?

En enero de 2013 empezaremos a grabarlo. Esperamos que salga en agosto, aunque es posible que en abril o mayo haya algún single circulando. Por primera vez, vamos a tomarnos un tiempo para preparar el álbum, porque hasta ahora compaginábamos las grabaciones con conciertos, entrevistas, etc.

Casi todos los artículos sobre el grupo hacen hincapie en los 21 Grammys Latinos que teneis. ¿Qué significan para vosotros?

Es un reconocimiento, y eso es algo que siempre agrada. También ayuda en cierta manera a posicionar al grupo y darle credibilidad. Nuestra vida no gravita alrededor de los Grammys, pero nos han permitido tocar en directo en las galas y llegar a mucha gente que estaba frente al televisor, aunque no es lo más importante que hemos hecho.

En España se os identificó inicialmente con el reggaeton. ¿Se ha quedado estrecha la definición para lo que haceis?

Cuando grabamos el primer disco, en Puerto Rico, el reggaeton era parte de nuestro entorno en la isla. Después pudimos salir fuera y la música fue la que nos dio la oportunidad de conocer otras cosas y diversificarnos. No sé si es una etiqueta estrecha para nosotros o si evolucionamos, simplemente el reggaeton fue un ingrediente que usamos en su momento y que nos ayudó a conectar con la gente, igual como ahora usamos otros. De todos modos, nosotros trabajamos el reggaeton con instrumentos en vivo. Tango del pecado se grabó con una sección de cuerdas, cuando entonces todo era electrónico. Y ahora tocamos en el Rototom, en festivales de latin jazz o salsa y hasta en el Sonorama, que es de corte indie.