­­¿Cómo será la escultura que cederá a l’Alfàs del Pi?

Es difícil de explicar, pero es una obra importante de las mías, estéticamente y por tamaño, es grande. Estará en unos meses.

Reivindica la dignidad de las víctimas con estas esculturas. ¿La memoria es necesaria para el perdón?

Sí, pero también para que en nombre de ninguna ideología se pueda asesinar a gente por tener ideas que critican seriamente que no se respete el sistema democrático y se pueda destruir a sociedades enteras como es el caso de Euskadi. Euskadi no es una sociedad con una convivencia normal, hay mucho odio acumulado todavía, aunque últimamente estamos percibiendo algunos cambios, pero son cambios donde aparece más la idea de que no matan porque se les da más poder.

¿Más poder parlamentario?

Sí, más poder político, en las instituciones.

¿Y no le convence ese intercambio?

Evidentemente, yo quisiera que pidieran perdón, que hicieran una autocrítica de todo lo que los sectores nacionalistas, fundamentalmente, han estado haciendo del País Vasco como una propiedad privada sin posibilidad de entendimiento para la convivencia y la libertad en Euskadi.

¿Qué horizonte le gustaría tras las elecciones de Euskadi?

Que el conjunto nacionalista no tuviera mayoría, porque ese poder nacionalista lo hemos tenido hasta la llegada de Patxi López. Me gustaría que en estas elecciones hubiéramos aprendido la lección y que votemos a partidos que sean capaces de pasar página al absolutismo con que ha gobernado el nacionalismo en Euskadi.

¿Ve posible que Bildu pueda gobernar en Euskadi?

Bildu es lo que la cobardía inmensa del nacionalismo puede hacer frente a las fuerzas totalitarias que han matado en masa en Euskadi y en España y que nos han mantenido en la más absoluta marginación, con odio y miradas y silencios increíbles.

Su obra se ha visto perjudicada por este compromiso político.

Exactamente, mi obra no está en igualdad de condiciones con la de otros profesionales de mi reconocimiento internacional.

¿Y le sigue pasando factura?

Sí. Parte de mis creaciones, no todas mis esculturas o mi pintura se expone, no tengo esa posibilidad. En cambio, el Bosque Pintado (De Oma) se llena de gente en verano, en invierno... porque en cada estación, según las luces, adquiere dimensiones novedosas.

¿Ha dejado de llevar escolta?

Sí, hasta hace poco he tenido que llevar.

¿Y cómo se siente?

Con miedo, porque aún recibo miradas de odio, murmullos que yo entiendo, por el gesto, que se están acordando de mis parientes.

Pensaba que diría con alivio.

Algo más aliviado porque hay gente que no se atrevía a dirigirse a mí y ahora me saluda, me sonríe. Ha habido gente que no se atrevía a hacer esas cosas por si alguien era testigo.