¿Por qué los dinosaurios conviven en el cine con hombres cuando arqueológicamente hay millones de años de diferencia entre unos y otros Este es uno de los mitos más extendidos sobre la Prehistoria que el celuloide ha implantado en el imaginario colectivo y es una de las preguntas que trata de resolver la exposición inaugurada ayer en el Museu de Prehistòria del Centre Cultural La Beneficència de Valencia. Para poner las cosas en su sitio, el culpable del citado error no es en origen el cine, sino la novela de Arthur Conan Doyle El mundo perdido, aunque su éxito en la pantalla (hay versiones de 1925, 1960 y 1991) lo ha popularizado.

Otros tópicos preñados de prejuicios y errores que podrían citarse son el del salvajismo de las mujeres prehistóricas (parece que el origen es un mito mesopotámico, según las comisarias de la muestra, la profesora de la Universitat Paula Jardón y la arqueóloga Clara Pérez) o el de la violencia como forma natural de vida ("está probado que también existía la ayuda mutua, pero lo que sale más en el cine es la violencia", señala Jardón). Incluso la curiosidad de mostrar a los neandertales tan peludos cuando es un detalle que se desconoce.

Si cine histórico hay mucho, prehistórico hay muy poco. La muestra recoge carteles, piezas, aparatos de grabación, audiovisuales y una selección de vestuario y decorado de una de las últimas producciones del género, Su majestad Minor (2007), de Jean Jacques Annaud. Invita asimismo a preguntarse por la forma en que cada época observa la Prehistoria en el cine.

La exposición -modesta en su extensión- es la primera en España en abordar la relación entre cine y Prehistoria. Sus objetivos son ambiciosos, aunque la duda que queda es si el recorrido será visualmente capaz de transmitir al público todo lo que intelectualmente persigue.