Cimas y abismos es la inscripción de la reciente antología publicada de José Luis Parra, en la magnífica edición de Antonio Cabrera, y sin ninguna duda es una de las ideas que explica mejor la trayectoria de toda la obra de este poeta. En Vislumbres, un poema publicado hace dieciséis años, ya apunta esta sensación tan cierta de que la vida transcurre entre estas cotas o fronteras, «Cumbre que está a un paso de la sima, / frontera llameante del delirio». El poeta ha sabido evitar siempre el amaneramiento, la imagen brillante en un primer momento pero hueca en su relación con el fin del poema, que en su caso siempre es la veracidad de un hombre; el fin de un poema será en algunos casos plasmar algún detalle, algún aspecto de vida o de sueño, pero que transmita algo humano, sea gozo o terror.

Así, entre otros posibles aspectos, en José Luis Parra siento que es necesario resaltar este alcance de autenticidad que contienen sus versos, convertidos de alguna manera en un singular dietario de su paso por la vida, el más fiel reflejo posible de sus vislumbres.

Hoy, a la vista de su obra publicada „esencialmente, ocho libros y dos antologías„, la sucesión de sus títulos se diría un dietario abrumador de cómo entendió su existencia, naturalmente no exenta de ironías y humor, expresados con auténtico sarcasmo, y a la vez plagada de desdicha y anhelos tan a menudo humanamente irrealizados. Como en los mejores autores, en José Luis Parra la obra refleja su propia vida, no la completa pero no la excluye, no la limita a sus alusiones personales porque también implica todo lo humano, y el lector no puede nunca dejar de sentirse incluido, interpelado y, en todo caso, invitado a compartir este seductor juego de complicidades.

En la poesía de Parra, además, encontramos que esta conexión que establece con el mundo y la vida está expresada en una lengua que parece invisible, por su ritmo, por sus imágenes, por su simbiosis con tanto poeta y poesía española y universal, antigua y moderna, con una dicción que siempre encuentra la palabra más auténtica, la idea más sencilla elevada a la máxima dignidad, y la ambición más oscura expresada con toda la humildad.

No ha sido posible quedar indiferente a la aparición de los poemas de José Luis Parra de manera periódica, y al privilegio que algunos han tenido de este seguimiento, bien por su íntima lectura, bien por la lectura del propio autor, ahora, justo cuando sólo nos queda guardar en la memoria la admirable persona que fue José Luis Parra, tenemos la certeza de que en sus poemas siempre resplandecen auténticas cumbres y simas, una entrañable verdad, y en definitiva, una búsqueda de luz y de alegría.