Arte de combate en un otoño caliente

Las tres principales exposiciones de las instituciones valencianas muestran la vigencia de la denuncia social a través de la pintura

j. r. s. valencia

Como si se tratara de una profecía, el arte más combativo, de denuncia social y curiosamente con más de cuatro décadas de existencia en algunos casos, se ha vuelto más vigente que nunca y puebla las principales salas de exposiciones valencianas. Se ha colado de sorpresa, pero nunca de forma tan oportuna. Para remover conciencias.

Es una casualidad, pero llega en un momento clave, en consonancia con los momentos que vive la sociedad española, en el otoño más caliente que se conoce.

Quién iba a decirle a Antoni Miró o a Jordi Ballester, uno de los dos miembros del Equipo Realidad o a Juan Genovés, que aquellos cuadros pintados antes o recién llegada la Democracia seguirían hoy tanto o más vigentes que antaño.

Los Realidad- Jordi Ballester y Joan Cardells-, cuya obra se expone en La Nau de la Universitat, denunciaron en los sesenta y setenta la persecución política y policial. Eran tiempos de Franco, pero se luchaba por ideales políticos y para poner fin a las desigualdades, como sucede ahora. "Claro que el arte de denuncia está vigente porque todo sigue igual", comenta Ballester. "Sólo hay que ver la calle. Nuestro arte nacía de hechos culturales, y de ahí se contaban los problemas de la calle. Por desgracia está vigente", añade.

Juan Genovés, a quien el Ayuntamiento de Valencia dedica un homenaje en el Museo de la Ciudad, creó, por ejemplo, El abrazo, la obra que simbolizaba el reencuentro social tras la muerte de Franco. Fue símbolo de la Democracia. Pero su obra está jalonada de dardos que retratan la presión y persecución social anónima.

Genovés recuerda que, casi de manera profética, en los últimos años sólo pinta manifestaciones de gente en la calle como forma de demostrar que en el fondo nada ha cambiado en nuestra sociedad.

Genovés, quien siempre se ha definido como hombre de izquierdas-"nací de izquierdas y moriré de izquierdas"- no duda en afirmar que "hay situaciones actuales que me recuerdan momentos desagradables del pasado".

Pero ¿quién acabó con el arte de combate, con ese que además de estos tres nombres representaban también, entre otros, Equipo Crónica, Anzo, Estampa Popular o El Paso, con ejemplos como Saura o Canogar y sus manifiestos y postura ética?

Creaciones, por otro lado, que se disputan en subastas, forman parte de las principales colecciones de los museos españoles y son difíciles de encontrar en el mercado salvo, paradójicamente, a elevadísimos precios.

Ballester lo tiene claro: "Acabó con él el mercado que puso sus posaderas sobre él. Y las nuevas generaciones, por supuesto, que están desideologizadas y fueron devoradas por la posmodernidad. Nosotros hicimos lo que supimos, sin saber si acertaríamos pero por lo que creíamos".

Antoni Miró siempre ha nadado a contracorriente, como él mismo reconoce. Su pintura se exhibe desde hace unos días en el IVAM. Quien pasee por sus salas no tardará en saber qué está viendo. Él nunca se ha ido por las ramas.

El visitante verá denuncias contra el racismo, el capitalismo, la miseria, el soberanismo ideológico y la imposición religiosa, la pena de muerte, la violencia sobre la mujer, incluso la violencia policial reflejada en un cuadro dedicado a la Primavera Valenciana que muestra a una chica siendo golpeada por la policía durante los disturbios estudiantiles.

"El arte social es una realidad que nunca se ha ido -dice Antoni Miró- porque el mundo es igual de desastre. No ha cambiado nada sólo que nosotros se ve que en su día influimos bastante poco", ironiza.

Sin embargo, advierte de que no cree que nunca desaparezca. Al menos, "mientras algunos continuemos. La mayoría no siguió porque al mercadillo del arte lo que le interesaba era Disneylandia, lo vendible. El arte de combate es mucho menos decorativo y quien compra un cuadro de denuncia es porque le interesa la pintura o el artista".

Aún así, añade el artista de Alcoi, el arte social nunca se ha ido y estará siempre que haya pintores que se preocupen por los demás y tengan la necesidad de expresarse y comunicarse a través de la pintura.

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